jueves, 15 de febrero de 2007

Mi generación

Me han enviado un email bastante bueno que habla y revindica a la gente de nuestra generación. Aquí os lo dejo para que lo leáis, que está bastante bien:

El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, la mía, la de todos aquellos que nacimos en los 80’s (un par de años arriba, un par de años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres no podían ni soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.

Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en Mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las Olimpiadas del 92.

Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática y la serie Cuéntame nos parece que es una mierda y que hace apología del franquismo. Por no vivir activamente la Transición nos dicen que no tenemos ideales, y sabemos de política más que nuestros padres y más de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños ni los de la siguiente generación.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a los videojuegos (en 2D) cuando no existían los CDs, y los juegos eran cartuchos de plástico. Si queríamos piratear escuchar música de algún grupo o cantante (que no salía en ningún programa de TV como Operación Triunfo, por que no existía) teníamos que recurrir a la radio, o ir a la tienda a comprarnos un ‘‘cassette’’ con los ahorros que teníamos (en pesetas, claro!). Íbamos al cine a ver películas de dibujos animados (no de animación) con nuestra moneda de 500 pts, y en pantallas que no eran la mitad de lo que son ahora.

Fuimos los primeros en descubrir los parques de atracciones. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos y lo seguimos oyendo, que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después si lo tienen realmente y no se les dice nada. Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos “bodrios” como:

Historias del Kronen.
Reality Bites.
Melrose place.
Sensación de vivir (te gustaron en su momento, pero vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, y con las putadas de la Señorita Rottenmayer.

Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga; que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa; que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y las primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.

Entramos al colegio cuando el 1 de Noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer BUP y COU, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos cuesta tirarles del trabajo.

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra de Bosnia, etc. cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no, bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de Septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates. Vimos los primeros móviles, que casi nadie tenía, que eran grandes y con la pantalla en verde y negro y con los que sólo podíamos llamar, mandar mensajes y jugar al gusanito, creímos que internet era un mundo libre, descubrimos un programa que se llamaba Napster y con el que decían que te podías descargar canciones.

Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema “elpanaderofarlopero”. Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con Ana (abuelitodimetuuu…). Los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con Superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.

Somos la generación del “El coche fantástico”, “Oliver y Benji”… La generacion que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial.

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porros, y ¡qué coño!, la última generación cuerda que ha habido.

La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos, en la España de antes, nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces.

No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina roja y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!

Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Y ligábamos con l@s niñ@s jugando a beso, verdad o atrevimiento y al conejo de la suerte, no en un chat diciendo “: )” “: D” “: P”… Éramos responsables de nuestras acciones y acarreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas.

Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. Tú eres uno de ellos?? ¡Enhorabuena! Has tenido la suerte de tener una infancia-adolescencia inigualable.


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