SAN SEBASTIÁN. DV. El buque mercante que el jueves encalló en las rocas del monte Jaizkibel quedó
ayer roto en tres partes debido al fuerte oleaje que azotó el litoral guipuzcoano. Fuentes de
Salvamento Marítimo indicaron anoche que en la zona no se observaba ningún tipo de contaminación a
causa del carburante que el buque almacenaba en sus tanques. El barco puede sufrir en las próximas
horas un mayor deterioro, toda vez que se espera un recrudecimiento del temporal, con olas de doce
metros y vientos superiores a cien kilómetros por hora.
Salvamento Marítimo comunicó que el barco se rompió en tres partes a lo largo de la tarde. El fuerte
oleaje, sin embargo, no permitía conocer con seguridad si el mercante había perdido las 54 toneladas
de gasóleo y casi tres de aceite que llevaba. No obstante, precisó que varios de sus técnicos habían
accedido por la mañana al carguero y constataron que el gasóleo no permanecía ya en los tanques del
buque. Salvamento Marítimo no descartaba la posibilidad de que, al tratarse de gasóleo, un elemento
muy volátil en comparación con otros combustibles, las malas condiciones de la mar hubieran podido
facilitar su dispersión en las batientes, ya que en las inspecciones realizadas por los medios
desplegados no se habían observado restos de carburante en la zona.
Las mismas fuentes indicaron que en cuanto el temporal lo permita, los técnicos contratados por el
armador y los de Salvamento Marítimo realizarán una nueva evaluación de la situación del buque
naufragado.
Durante la mañana, el Maro recibía en la popa los sucesivos trenes de olas que le llegaban de la mar
de fondo del noroeste, lo que permitió que se mantuviera estable durante toda la jornada. Técnicos de
la empresa Bam, que había sido contratada para efectuar la extracción de los fluidos, se trasladaron
hasta el lugar del siniestro, donde analizaron el estado del barco. En ese momento, los expertos
coincidieron en señalar que el buque permanecía «mucho más estable que la víspera. El domingo
únicamente estaba apoyado en tres puntos y, en consecuencia, la situación era más problemática.
Ahora, sin embargo, se sustenta en cuatro y es más difícil que se mueva», indicaron.
Sin embargo, por la tarde, la situación varió y el mar desplazó el buque, lo cambió de posición. A
partir de ese momento, el Maro empezó a recibir los embates del mar por uno de sus costados. Esta
situación hizo que en poco tiempo el barco comenzara a resquebrajarse, primero a la altura del puente
de mando. Se da la circunstancia de que es esa zona donde se hallaban los tanques de gasoil.
La rotura del buque fue presenciada por varias decenas de curiosos que se habían desplazado a la zona
a observar el estado en el que había quedado el barco.
Fuentes portuarias ya habían adelantado por la mañana que había elementos para temer que el oleaje y
el viento que se anunciaban terminasen por quebrar el mercante.
En este sentido, los servicios meteorológicos alertaron de que en las próximas horas se esperan en
Euskadi vientos de más de 100 kilómetros por hora y olas en el mar por encima de los ocho metros.
Incluso, podrían registrarse picos en el oleaje de hasta doce y trece metros. La Agencia Estatal de
Meteorología señaló que los momentos más críticos se esperaban para la pasada noche, si bien anunció
que el temporal se mantendrá durante todo el día de hoy y que, sólo entrada la madrugada, empezará a
amainar. Se espera, por lo tanto, que a partir de mañana las condiciones del mar experimenten una
mejoría.
El principal temor de las autoridades marítimas era que que las adversas condiciones meteorológicas
destrozasen el barco, como así sucedió, y que tanto el gasoil como el aceite del motor fluyeran al
mar. En este caso, según señalaron, tenían la confianza de que el combustible terminaría
volatilizado, por lo que su preocupación se centraba más en el vertido de las tres toneladas de
aceite que se mantenía en el cárter del motor del buque.
Aceite y gasoil
Especialistas en biología marina consideran que tanto el gasoil como el aceite habrían quedado a
merced de las corrientes y del oleaje que los arrastrarían en su mayor parte a las rocas de
Jaizkibel. No obstante, tampoco se descarta la posibilidad de que otra parte de la materia
contaminante sea empujada hacia aguas francesas y recale en playas del litoral galo. Las mismas
fuentes, sin embargo, consideran poco probable que el vertido termine por contaminar de manera
importante los humedales de la bahía de Txingudi, toda vez que este espacio de alto valor
medioambiental se encuentra protegido y poco expuesto a los flujos marinos.
En cuanto el temporal lo permita, los técnicos contratados por el armador y los de Salvamento
Marítimo realizarán una nueva evaluación de la situación del buque, cuyos restos sufren el embate del
temporal en una zona de difícil acceso y experimentan cambios de posición por la rompiente en la que
se encuentran. Se espera, por lo tanto, que en las próximas horas el deterioro del barco sea todavía
mayor.
En este sentido, la Capitanía Marítima de Pasajes ha pedido al armador del buque que presente el plan
de extracción de elementos contaminantes que todavía se pueden encontrar a bordo como aceite o
plásticos, así como un plan de retirada de sus restos de la zona en la que se hallan, como está
recogido en la normativa marítima.
Según transcurrían los días y ante la imposibilidad que ya existía de reflotar el barco, todo inducía
a pensar que la empresa armadora, la estonia United Marine Management, optaría finalmente por
desguazarlo en el mismo lugar en el que se encuentra. Tras lo sucedido ayer no le queda otra
posibilidad
martes, 11 de marzo de 2008
Sobre el barco varado en Pasaia...
El temporal terminó por romper en tres partes el buque embarrancado en Jaizkibel
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