martes, 1 de febrero de 2011

Soplo de aire


Los accionistas de La Naval logran un acuerdo para garantizar la continuidad del astillero
Comprometen los avales que exigía la banca para financiar un barco, aunque aparcan la entrada del Gobierno vasco en la empresa

Los accionistas del astillero de La Naval alcanzaron a última hora de la noche de ayer un acuerdo que permitirá desbloquear la contratación de un nuevo buque con el armador belga Jan De Nul y con ello garantizar el futuro de la empresa a medio plazo. El acuerdo, que fue gestado con la intermediación del consejero vasco de Industria, Bernabé Unda, y en el que no ha participado uno de los accionistas, el armador Knutsen, prevé que los socios ofrezcan a la banca los avales que reclama para financiar la construcción de un nuevo buque. La incorporación del Gobierno autónomo al accionariado ha quedado de momento aparcada, ante las discrepancias que ello provocaba entre los socios.

A tan solo unas horas de que expirase el ultimátum dado por el armador belga Jan De Nul, los accionistas de La Naval desplegaron anoche una intensa negociación para intentar desenredar una compleja madeja: la hipotética entrada del Ejecutivo vasco en el accionariado de la sociedad, el esquema de control de la compañía en el futuro y la concesión de garantías a las entidades financieras que están dispuestas a prestar el dinero para la construcción del buque.

Discrepancias

Las discrepancias internas habían hecho imposible hasta ahora el acuerdo y, ayer mismo, un portavoz de la naviera noruega Knutsen, propietaria del 8,6% del astillero, mostraba sus recelos sobre la operación que había planteado el Ejecutivo vasco, así como sobre sus efectos para el futuro del astillero. Knutsen, indicaron fuentes de la firma, considera que la oferta del Gobierno autónomo se ha planteado «de forma precipitada, sin conocer cuál va a ser la posición que adoptará la Unión Europea» y sin que este accionista haya podido «evaluar adecuadamente las consecuencias de lo que se propone». Con este escenario tormentoso, los accionistas optaron por dejar a un lado la hipótesis de contar con el Ejecutivo vasco como socio, para concentrarse en la fórmula de salvar el problema financiero. El propio Gobierno se volcó en esta alternativa y el acuerdo se cerró, en presencia del consejero Unda, en las oficinas que tiene la Spri en la capital vizcaína.

El pacto entre socios, en el que Knutsen no ha participado, solventa los mayores problemas que estaban sobre la mesa, al menos los urgentes. Así, uno de los principales accionistas, la empresa vasca Ingeteam, se ha comprometido a avalar los 13 millones de euros que reclama la banca para financiar el barco de Jan De Nul. Los bancos, encabezados por el Santander, han pedido a los accionistas del astillero que arriesguen esa cantidad, mientras que ellos pondrán los 84 millones de euros necesarios para financiar al armador. Por otra parte, el resto de accionistas -con la excepción del armador noruego- han acordado entregar a Ingeteam garantías que puedan resarcirle por la asunción de este riesgo.

Cambios internos

La oferta accionarial del Gobierno vasco tenía un elemento claramente positivo: la posibilidad de reforzar la estabilidad patrimonial del astillero con 5 millones de euros, pero también imponía cambios importantes. El Ejecutivo de Vitoria había exigido que termine el actual sistema de pactos entre accionistas, que impone la unanimidad en la toma de decisiones societarias, para adoptar un sistema clásico de mayorías.

Algunas fuentes, sin embargo, aseguran que Knutsen está «tensando la cuerda» para conseguir que alguien se ofrezca a comprar sus acciones. Lo cierto es que el armador parece haber perdido interés en esta empresa como punto de construcción de sus buques, pese a que decidió formar parte de su accionariado en el momento de la privatización.
Fuente: el correo

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