lunes, 25 de julio de 2011

Problemas con el puerto de Sevilla


Los dos dragados del Puerto

El estudio científico de 2010 sobre el mal estado del Guadalquivir está marcando por primera vez las grandes obras portuarias de Sevilla: la limpieza anual de lodos y el plan para ganarle dos metros al fondo

El delicado estado del estuario del Guadalquivir que puso de manifiesto el estudio científico de septiembre de 2010 -encargado por el Ministerio de Medio Ambiente- está condicionando por primera vez en la Historia las grandes obras y proyectos del Puerto de Sevilla: la del dragado anual de lodos de la campaña 2011 y el proyecto estrella del dragado de profundización, y lo seguirá haciendo en las próximas décadas. La posible amenaza o afección al Parque Nacional de Doñana (Reserva de la Biosfera desde 1980 y Patrimonio de la Humanidad desde 1995) está detrás de las máximas cautelas que exige el Ministerio para actuar en el río.

La primera obra del Puerto ya ha comenzado y es urgente para retirar los 40 centímetros de lodos que se acumulan cada año en el fondo y devolver el canal de navegación del río a los 6,5 metros de profundidad necesarios para el paso de barcos. Cuando la UTE Acciona Infraestructuras y Rohde Nielsen España llevaba más de una semana ejecutando los trabajos en la zona del estuario más próxima a la desembocadura, el Puerto dio la orden de paralizarlos. Lo hizo a regañadientes para no complicar más las cosas tras la seria advertencia de la Secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, de que no estaba cumpliendo las cautelas ambientales y científicas previstas en el citado informe medioambiental de 2010.

La recomendación de los científicos que el Puerto no respetó fue aprovechar esta obra de cuatro meses (de julio a octubre) para analizar cómo se comporta el estuario con la retirada de dos millones de metros cúbicos de lodos, una cantidad cinco veces menor que los 10 millones de metros cúbicos que se moverían con el otro dragado polémico de profundización.

El parón de los trabajos del dragado anual ha durado prácticamente dos semanas y acabó afectando al transporte de mercancías por contenedores. Por razones de seguridad, las navieras optaron por cargar en este tiempo menos contenedores en los barcos y dejaban en tierra el 30% de la carga menos urgente. No querían que los barcos rozaran con el fondo por exceso de carga. El sindicato CCOO del Puerto (de los estibadores y del personal de mantenimiento) amenazó con movilizaciones de protesta si en una semana no se retomaban las obras.

La situación duró hasta el miércoles 20 de julio, fecha en la que se reanudaron los trabajos. El Puerto decidió reiniciar las obras del dragado de mantenimiento tras aceptar la tutela científica que recomendaba el estudio del río. La Secretaría de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente valoró los compromisos de la Autoridad Portuaria de integrar las recomendaciones de la Comisión Científica, a quien debe presentarle el proyecto de dragado de mantenimiento y reportar cada 15 días el estado de la ejecución de las obras, las medidas para minimizar el impacto ambiental y cualquier incidencia que pueda surgir.

El serio aviso del Ministerio al Puerto tuvo lugar tras las denuncias de los ecologistas de que los trabajos se estaban haciendo sin los científicos ni los análisis de datos previstos. Este dragado es necesario para eliminar los lodos acumulados en el canal de navegación y mantener el calado mínimo de 6,5 metros que requiere el río para seguir siendo navegable. Por debajo de los 5,90 metros de calado sería intransitable.

La segunda gran obra es el dragado de profundización que permitiría la entrada al Puerto de Sevilla del 90% de los grandes barcos cargueros que circulan por el mundo. Su ejecución está en el aire porque queda por saber si tendrá el permiso del Ministerio. Es probable que la autorización se retrase hasta 2012 porque hacen falta más datos y análisis científicos. El máximo órgano de gobierno de Doñana ya ha dicho que rechaza esta obra y se suma a la negativa de los científicos, que sólo la aceptarían cuando mejore la situación del estuario.

Ampliar el calado de los seis metros actuales hasta los ocho metros es una vieja aspiración del Puerto de Sevilla por la que pelea hace décadas con el objetivo de ganar competitividad económica. La aspiración se ha hecho ahora más urgente para rentabilizar la nueva esclusa (con el doble de anchura y más calado) que ha costado más de 160 millones de euros.

A raíz del estudio del río se acordó aprovechar las obras del dragado anual de mantenimiento de 2011 y 2012 como tubo de ensayo para analizar cómo se comporta el río con una extracción de lodos cinco veces menor a la del dragado de profundización. Hasta entonces no se espera que haya una decisión definitiva del Ministerio.

Hay una fuerte división social sobre la necesidad de esta obra. La patronal de empresarios de Sevilla, la Cámara de Comercio y los sindicatos presionan desde hace años para que se acelere su ejecución por la rentabilidad que traería a la ciudad. Por contra, las organizaciones ecologistas y algunos municipios de la Marisma de Doñana la rechazan de plano por entender que tendría efectos negativos en la biodiversidad del río y de Doñana.

Los arroceros están en un término medio: apoyarían el dragado si la Administración compensa al sector financiando un plan de modernización del riego que les asegure agua dulce a sus cultivos.

El estudio científico (Propuesta metolodógica para diagnosticar y pronosticar las consecuencias humanas en el estuario del Guadalquivir) fue coordinado por Javier Ruiz, del Instituto de Ciencias Marinas del Centro Superior de Investigaciones Científicas, y por Miguel Ángel Losada, del Grupo de Dinámica de Flujos Ambientales de la Universidad de Granada. Lo encargó el Ministerio en 2007 ante la falta de datos que había para autorizar o no definitivamente el dragado de profundización.

Mientras tanto, se concedió al Puerto provisionalmente en 2003 una autorización medioambiental, siempre condicionada a las conclusiones del citado estudio.
Fuente: Diario de Sevilla

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