lunes, 19 de diciembre de 2011

Mal asunto


El gas que cambiará el mapa energético del mundo

El hidrocarburo que procede de fuentes no convencionales acapara cada vez más inversión e interés de los grupos petroleros. El llamado gas pizarra se encuentra en países como EEUU, Canada y parte de Europa y podría relevar al gas natural de Oriente Medio y África.

Shell, Exxon, BP, Chevron, Total y Sinopec ya han tomado posiciones para controlar este recurso que ocupará un puesto clave en el mapa energético global según las proyecciones de gobiernos, consultoras y grupos empresariales.

¿Qué es el gas pizarra? Un hidrocarburo atrapado entre grandes estratos de pizarra del subsuelo. Para extraerlo hay que aplicar la técnica de fracturación hidráulica, que consiste en la inyección de agua con compuestos químicos disueltos a alta presión. Un método con cierta controversia medioambiental pero que abre un gran abanico de posibilidades para el abastecimiento.

EEUU liderará este cambio de mapa energético. En la última década, la producción de gas pizarra se ha multiplicado por 12. Representa el 23% de la producción anual y cerca del 21% de las reservas de gas natural en Norteamérica. En el horizonte de 2035, representará el 46% de la producción total, según el Departamento de Energía de EEUU.

Exxon calcula que el gas natural reemplazará al carbón como el principal combustible para generar electricidad en EEUU en 2025, según el reciente estudio The Outlook for Energy: A View to 2040. El gas de fuentes no convencionales supondrá un 30% del mercado de gas natural en 2040, frente al 20% actual.

La multinacional estadounidense tiene una posición clara: "ExxonMobil está haciendo inversiones significantes en fuentes de gas natural encontradas en pizarra y otras formaciones rocosas", y añade que "estas tecnologías han generado un gran crecimiento en la producción en EEUU y están empezando a aplicarse de forma global".

Chevron también apuesta por esta fuente. El gigante energético adquirió a finales del año pasado Atlas Energy, especializada en gas pizarra, por 3.200 millones de dólares. Con esta operación, Chevron controla uno de los mayores yacimientos de EEUU en Pensilvania, con una capacidad de 24.000 millones de metros cúbicos y un máximo de 390.000 millones de metros cúbicos. También ha adquirido suelos en Alberta (Canadá) y está explorando en Polonia, Rumanía y Bulgaria.

Sinopec, el mastodonte chino del petróleo, también ha puesto el foco en esta fuente no convencional. Ya ha explorado 20 posibles yacimientos y busca tecnología para extraer. China podría tener 1.275 trillones de toneladas cúbicas, doce veces su capacidad de gas natural convencional.

De hecho, la angloholandesa Shell ya se ha posicionado en el gigante asiático. En China ha encontrado dos grandes yacimientos en asociación con Petrochina. Sin embargo, el grupo está más interesado en EEUU: el año pasado adquirió East Resources por 4.700 millones de dólares, firma con grandes propiedades de gas pizarra en el país.

Otros jugadores
La inglesa BP también ha entrado en juego y, aunque tiene una buena posición en yacimientos estadounidenses, también está negociando para hacerse con gas pizarra en Ucrania a través de la empresa conjunta TNK-BP por 1.800 millones de dólares.

La francesa Total tampoco se ha quedado de brazos cruzados en esta reconfiguración energética. La compañía controla un 25% de Chesapeake's Barnett Shale en Texas (EEUU), que ostenta un yacimiento que produce 140.000 metros cúbicos de gas al día. También tiene campos en Argentina y está explorando en Francia y Dinamarca.

Todo indica que la clave está en EEUU. ¿Qué posición ostentará Europa? "El gas pizarra y otras fuentes no convencionales se han convertido en importantes fuentes de abastecimiento en Europa y alrededores", reza el Energy Roadmap 2050 recién publicado por la Comisión Europea.

"Con una integración del mercado, estos descubrimientos relajarán la dependencia energética europea. Conforme el gas natural tradicional decline, Europa podrá explotar los yacimientos indígenas y reducir las importaciones", añade Bruselas.

En el Viejo Continente, Francia y Polonia cuentan con los yacimientos más importantes, según los cálculos de la Agencia Internacional de la Energía. De hecho, las reservas polacas son suficientes para mantener al país durante 300 años.

Su producción hoy, lejos de ser clave "Aunque estos nuevos descubrimientos de gas pizarra jugarán un papel importante en la conformación del mapa global del gas, la producción está todavía lejos de ser clave", apunta el estudio Oil and Gas Reality 2012 de la consultora Deloitte.

La firma también apunta que las recientes inestabilidades políticas en el Norte de África podrían influir en el cambio de mapa energético. De hecho, uno de los argumentos de las petroleras que investigan el gas pizarra es su presencia en países de la zona OCDE, con estabilidad política. Esta redirección de inversiones de Oriente Medio a países desarrollados podría tener consecuencias futuras.

"Es cierto que las empresas se mueven hacia países más estables. El motivo es que EEUU se va a convertir en suministrador de gas y si puedes elegir entre este país o Nigeria, está clara la elección", asegura bruce Goslin, director general de la consultora estratégica K2 España.

¿Quién perderá peso en este nuevo mapa? Los países en donde se concentra el porcentaje más alto de reservas convencionales de gas natural: la zona de la antigua Unión Soviética (31%), Irán (15,8%) y Qatar (13,5%). También pierden Argelia (2,4%) y Nigeria (2,8%), Emiratos Árabes (3,4%), Arabia Saudí (4,2%) y Venezuela (3%).
Fuente: Expansión

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