domingo, 15 de abril de 2012

Otra del Titanic

Joseph Conrad sobre el 'Titanic': "No vendan tantos pasajes"
El escritor y marino mercante publicó en 1912 dos artículos sobre el hundimiento del trasatlántico, en los que denunció la codicia de los armadores, la arrogancia y necedad de los técnicos, y el papanatismo de la prensa popular 

“No soy una persona sentimental”, escribió hace ahora un siglo el escritor Joseph Conrad, autor de ‘El Corazón de las Tinieblas’ y ‘Lord Jim’. “Por tanto no me sirve de consuelo ver que se honra a toda esa gente (las víctimas del ‘Titanic’) como si fueran ‘héroes’ en la prensa de un penique o medio penique (...) En situaciones límite, en las más adversas, la mayor parte de la gente, incluso la gente común, se comportaría con decoro. Es un hecho que solo los periodistas parecen no ver”.
 
Conrad, que fue marino mercante, envió dos duros artículos a 'The English Review' (recopilados ahora por la Editorial Gadir,) en los que, cargado de sentido común, conocimientos profesionales e indignación, arremete contra la codicia de los armadores del ‘Titanic’ y el elitismo de cartón piedra de los nuevos ricos de la época; contra la arrogancia de los diseñadores del barco, cuya creencia en el poder de la ingeniería rayaba en la necedad, y contra la prensa popular, que llegó a bautizar el trasatlántico como un ‘Camelot flotante’. La reciente y estúpida tragedia el ‘Costa Concordia’, ocurrida frente al litoral italiano cuando vuelven a popularizarse los cruceros, demuestra que algunas reflexiones de Conrad sobre los mamotretos que se desplazan por el mar gobernados por una especie de “sindicato de hostelería” tal vez no han perdido actualidad. 
 
En el segundo de los artículos publicados por 'The English Review', titulado irónicamente ‘Ciertos aspectos de la admirable investigación sobre la pérdida del ‘Titanic’, el escritor fustiga la encuesta que se puso en marcha sobre las causas de la tragedia, cuyo resultado fue favorable a los armadores. Conrad recordó a los vendedores de pasajes que si el problema en caso de accidente es que no es posible manejar muchos botes salvavidas (en el 'Titanic' no había suficientes para todos los viajeros y la ley no lo exigía), “entonces que no suba tanta gente a bordo”. “No vendan tantos pasajes, mis virtuosos dignatarios. Después de todo, hombres y mujeres (a no ser que se les considere desde el punto de vista netamente comercial) no son exactamente el ganado de la ruta del océano oeste que hace veinte años se solía arrojar por la borda en las emergencias, dejándolos nadando en círculo hasta que se hundían”, reiteró.
 
Al final del texto, después de aclarar que “no soy un bobo humanitarista a la moda”, y de haber alzado su voz contra las alegaciones de técnicos y expertos, Joseph Conrad recalcó que la vida humana tiene un valor y que, para él, “hubiera sido mucho mejor si se hubiera puesto a salvo a los músicos del ‘Titanic’ en lugar de dejar que se ahogaran mientras tocaban; al margen de lo que esos pobres diablos estuvieran tocando”. Y prosiguió: “Ahogarse en contra de toda voluntad en un gran tanque inerme y agujereado para el que compramos un pasaje no es más heroico que morir a causa de un cólico por el salmón en mal estado de la lata que le compramos a nuestro tendero. Y esa es la verdad. La cruda verdad desprovista de la romántica vestimenta con que la prensa ha envuelto este desastre de todo punto innecesario”.
Fuente: el correo

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