El falso agente “ucraniano” apela por carta a Villaseca para evitar un pleito con Gas Natural
El vodevil protagonizado hace una semana escasa por Gas Natural en Ucrania empieza a adquirir tintes de opereta después de que el supuesto agente comercial denunciado por la empresa española haya preparado una carta destinada a Rafael Villaseca en la que le recuerda todo el proceso histórico de su gestión al servicio de la compañía gasística española. Jordi Sardà Bonvehí, administrador de la firma Ukraninvest Spain Promociones S.L., deja claro el interés que Gas Natural ha tenido desde el año 2011 por participar en la planta de gas natural licuado (GNL) en el Mar Negro y aprovecha para solicitar al primer ejecutivo de la compañía controlada por Repsol y la Caixa una decisión firme ante el Gobierno de Ucrania para seguir adelante con la operación o, en su defecto, desistir definitivamente del proyecto.
La misiva está escrita en catalán y se estructura en cuatro grandes apartados, que tienen por objeto demostrar el papel desarrollado por Sardà Bonheví en defensa de lo que él estimó son los intereses de Gas Natural. El agente trata de justificar las razones que motivaron su firma en el proyecto y para ello realiza un pequeño resumen de las relaciones mantenidas por la compañía española en Ucrania, cuyo origen sitúa a mediados de 2011. En aquella fecha, detalla Sardà, la empresa de ingeniería de Gas Natural Fenosa (Socoin) obtuvo la licitación del plan de viabilidad de la planta del Mar Negro.
A partir de ese momento comenzó su intermediación en el proyecto, que reconoce tuvo lugar a instancias del Gobierno de Ucrania. El trabajo del agente estaba orientado a la firma de un contrato de suministro de gas natural por parte de la empresa española. A tal efecto tuvieron lugar los primeros contactos multilaterales entre finales de 2011 y principios de este año, que desembocaron en una reunión en París con las autoridades del país eslavo, los responsables del proyecto y la propia Gas Natural Fenosa, representada por su director general para Europa, Joaquín Mendiluce.
Estos hechos ponen en evidencia, según el autor de la carta, que Gas Natural Fenosa tenía un interés “público y publicado” para participar como proveedor de gas licuado. "Igualmente queda patente –añade- que en todas las reuniones he figurado como un promotor e impulsor de la participación de Gas Natural Fenosa en este proyecto". Al mismo tiempo, Sardà explica que él no ha actuado en nombre de la empresa española y que todos los presentes, especialmente los miembros del Gobierno de Ucrania, conocen perfectamente el carácter de su participación y los límites de su representación.
El segundo apartado explica el esquema de colaboración de la planta de GNL propiciado por los promotores del proyecto con objeto de formar un consorcio en el que el Gobierno de Ucrania y la empresa propietaria y gestora de la instalación trabajen junto al proveedor y las empresas compradoras de gas: “Las pretensiones de Gas Natural Fenosa eran claras, y consistían en tomar una posición en este consorcio para garantizar el suministro futuro de GNL a la nueva terminal”.
El tercer capítulo de la carta en cuestión se refiere a los diferentes intereses en juego que dependen del programa de colaboración con la empresa española, dado el interés de los distribuidores locales de llegar a acuerdos con empresas europeas frente a la competencia de otras entidades coreanas. Sardà alude en este sentido a la posibilidad de acuerdos conjuntos con Gas Natural Fenosa que van más allá incluso del proyecto del Mar Negro.
El último punto que relata el agente se refiere precisamente a la reunión de autos del 26 de noviembre que tuvo lugar en Kiev, cuando firmó en nombre de la empresa española provocando la reprobación de Gas Natural Fenosa. Sardà asegura que la compañía que preside Salvador Gabarró tenía previsto enviar una representación a lo que él llama el “acto de presentación”. El agente explica que “por la razón que fuera (y que desconozco)” el citado representante no acudió finalmente a la capital ucraniana. En su opinión, todo ello ponía en peligro los intereses de Gas Natural Fenosa, lo que motivó su decisión de rubricar el protocolo de colaboración que, añade, “no supone engaño ni suplantación”.
En todo caso, el desenlace de todo lo ocurrido tendrá que determinarlo previsiblemente un juez, pues Gas Natural no se va conformar con que el citado intermediario trate ahora de poner sordina a un episodio que a punto ha estado de provocar un serio conflicto económico y diplomático con Ucrania. La compañía española ha aclarado de forma conveniente la situación con el Gobierno del país eslavo y asegura que no va a valorar el contenido de una carta que desconoce porque ni siquiera ha sido recibida por Rafael Villaseca ni ninguna otra de las personas mencionadas por el célebre Jordi Sardà Bonheví.
Fuente: el confidencial
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