Los precios del gas natural crecen más de un 40% en Europa desde 2005
Reducir los costes energéticos se ha convertido en una obsesión para la Unión Europea. La situación no es baladí, ya que los precios del gas se han encarecido más de un 40 por ciento en el Viejo Continente desde el año 2005, debido principalmente al ascenso de la demanda de Asia, concretamente, de Japón después del accidente de la central nuclear de Fukushima.
En concreto, los precios para la industria han subido un 35 por ciento y para los consumidores un 45 por ciento, según indicaba el propio presidente la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, en la que alertaba del alto coste energético, frente a Estados Unidos -que ha conseguido cambiar el panorama geopolítico en cuanto al sector energético gracias a los hidrocarburos no convencionales, como el shale gas .
Esta tendencia de altos precios, que continuará en los próximos años, ya ha tenido derivadas muy importantes en España porque es el tercer mayor importador mundial de gas natural licuado (GNL), tras Japón y Corea.
Entre las consecuencias más recientes figura que no se han completado las subastas de gas colchón para los almacenamientos subterráneos de Castor (Castellón) y Yela (Guadalajara) por el alto coste y que el gas necesario para la operación del sistema. Según los datos de la subasta para el próximo año se ha fijado a un precio un 7,86 por ciento por encima de la anterior puja, lo que repercutirá además enm los bolsillos tanto de los ciudadanos como de las empresas.
Pero además, el GNL ha experimento un importante encarecimiento (en torno al 20 por ciento) desde el accidente nuclear. Japón cuenta con cerca del 40 por ciento de las importaciones totales del Gas Natural Licuado, que se han incrementado por la paralización de 48 de sus 50 reactores nucleares. Así el precio para este mercado es aún más alto que para Europa, lo que ha provocado que las importaciones de GNL sean posteriormente redireccionadas hacia Asia. Este impulso en las exportaciones de gas provoca un círculo vicioso que a su vez eleva el precio del gas en Europa, en tanto que a pesar de la menor demanda también se ha reducido considerablemente la oferta.
Además, el último informe de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) destaca que las últimas estadísticas de comercio exterior de Aduanas reflejan que el coste del aprovisionamiento para el gas natural se ha encarecido un 90 por ciento desde 2009 hasta alcanzar los 26,69 euros por (MWh).
De cara a afrontar esta situación en el actual contexto de recesión, Japón y la Unión Europea acordaron la pasada semana crear un grupo de trabajo específico para aumentar su capacidad de negociación y disminuir el precio que pagan por las importaciones de gas natural licuado.
A partir de esta semana, ambas potencias establecerán sus equipos de trabajo con el objetivo de elevar la presión sobre sus proveedores y modificar sus actuales condiciones de mercado de gas natural licuado para que éstas reflejen la situación real de oferta y demanda.
Japón paga en estos momentos cerca de un 50 por ciento más del precio de referencia en Estados Unidos. Por su parte, Europa se ha encontrado la fuerte resistencia de los principales importadores a la hora de renegociar el precio.
Competitividad
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha centrado sus últimas intervenciones en advertir de la fortaleza de EEUU gracias al shale gas que está camino de convertirse en exportador neto.
Ya en 2012, los precios del gas de la industria eran cuatro veces menores en Estados Unidos que en Europa. También los precios de la electricidad de la Comunidad Europea doblaban casi a los de los Estados Unidos. Barroso ha hecho un guiño a la técnica del fracking, que ha suscitado una alta polémica por los riesgos medioambientales de esta técnica. Algunos países europeos mantienen una moratoria o han prohibido el fracking directamente, mientras que en España las comunidades de Cantabria y La Rioja ya se han opuesto a este tipo de exploraciones.
En cuanto al futuro, las perspectivas para la demanda de gas natural licuado apuntan a un crecimiento contundente, especialmente en Asia y en los nuevos mercados de América Latina y el Oriente Medio. Esta tendencia se mantendrá por lo menos hasta 2015, a no ser que se plantee un reinicio nuclear en Japón.
Un informe de la industria del GNL apunta que es probable que a largo plazo se equilibre la demanda con el impulso de la Cuenca del Atlántico. Además, para dentro de un lustro están programados varios proyectos de producción que ampliarán la oferta, sobre todo en Australia que desafiará la hegemonía de Qatar como el mayor exportador de gas de la historia.
Fuente: el economista
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