lunes, 16 de septiembre de 2013

Caro

Latinoamérica paga por el GNL precios entre los más elevados del mundo, según experto

Latinoamérica paga precios que figuran entre los más elevados del mundo por el gas natural licuado (GNL), señaló el director general de Galway Group, V. V. Rao, en el evento LatAm Oil & Gas Summit de BNamericas en Houston.

Rao señaló que los valores relativamente altos que se pagan en la región -de hasta US$17-19 por millón de BTU (MBTU)- obedecen en gran medida a la frecuente incidencia de contratos de GNL de corto plazo en muchos países, o como indica el experto: "necesitan el GNL cuando necesitan el GNL".

Según Rao, los países compran a través de contratos de corto plazo porque solo esperan requerir importaciones de gas en el corto o mediano plazo.

"En Latinoamérica, muchos países necesitan GNL como combustible puente. La gente habla de las tremendas reservas de gas de esquisto en Argentina... pero estas podrían monetizarse no antes de 15 años", indicó Rao.

En Brasil hay un creciente volumen de gas asociado a la producción petrolera y en Colombia hay buenas perspectivas de largo plazo para las reservas de gas. Estos países generalmente no están dispuestos a celebrar contratos de GNL de largo plazo y, en consecuencia, pagan una prima en el corto plazo.

México compró GNL a corto plazo para compensar el déficit local, pero la demanda futura probablemente se cubrirá con importaciones desde EE.UU. a través del ducto Los Ramones y el sistema de ducto noroeste.

Chile y Uruguay probablemente mantendrán una demanda de GNL en el largo plazo y están construyendo las terminales receptoras necesarias, pero sus mercados son relativamente pequeños.

Rao admitió que en el Caribe y Centroamérica podría haber demanda de GNL en el largo plazo, pero las proyecciones son muy inciertas.

El experto señala que uno de los grandes desafíos para Latinoamérica será la coordinación energética. Muchos países -específicamente Argentina, Brasil y Colombia- podrían aumentar la producción de gas de manera significativa en el mediano plazo. La coordinación regional de la política de gas en el largo plazo permitiría que Latinoamérica preparara la infraestructura necesaria y pagara menores precios por el gas a nivel regional.

De no hacerlo, algunos países continuarían importando GNL desde el Medio Oriente o desde África, mientras otros tendrían que exportar el excedente de gas fuera de la región.
Fuente: BNamericas

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