Del aeropuerto sin aviones al puerto sin barcos
La dársena Punta Langosteira en A Coruña se queda sin buques tras mil millones de inversión y ocho años en obras
El fracaso de la mejor ingeniería civil de Galicia. Así como en el aeropuerto de Castelló se han invertido 150 millones y no hay un sólo avión, en A Coruña tienen su propia cruz. Una dársena sin barcos en la que ya se llevan invertidos mil millones de euros, tras abandonarla por problemas de seguridad la única naviera que aceptó utilizarla.
En todas partes cuecen habas, y al igual que ocurre en la Comunitat Valenciana con el aeropuerto de Castelló, en Galicia cargan con su propia cruz en A Coruña, en una ampliación del puerto bautizada como Punta Langosteira. Esta dársena cumplió en abril ocho años en obras, y se ha convertido en el mayor proyecto de ingeniería civil portuaria ejecutado en España, con una inversión que ya suma los mil millones. Sin embargo, la dársena se ha quedado sin buques después de anunciar la única compañía que optó por utilizarla, la holandesa Dockwise, que cambia de aires por su falta de seguridad. Una decisión que ha tomado un año después de sufrir un incidente con el "Blue Marlin", un buque semisumergible que tuvo que cargar el casco del anfibio Camberra, construido en Navantia para la Armada australiana, y que acabó siendo vapuleado por el mar ante la falta de protección de la dársena.
Los problemas comenzaron por el enclave escogido, Punta Langosteira, un lugar que se caracteriza por la bravura del mar, una cuestión que echa para atrás a los operadores por el añadido de inseguridad que representa y que ha puesto en duda la viabilidad operativa de la nueva dársena. Los 1.000 millones de euros invertidos en la megaconstrucción- que cuenta con un dique de 25 metros de altura- no han conseguido frenar el oleaje, que ha rebasado la dársena en varias ocasiones.
Para que Langosteira consiguiese su operatividad, debería sumarse a dicha inversión todo el dinero presupuestado para las ampliaciones previstas, que incluyen las construcciones complementarias de la conexión ferroviaria y el trazado del oleoducto, por lo que el gasto no parece tener fin. Para asegurar la mejorar su seguridad se necesita un contradique superior de 1.300 metros lineales. Ese espigón cubriría la dársena de 2.300.000 metros cuadrados del gigantesco malecón de 3,6 kilómetros en el que está situada.
Esta ampliación supondría según el peritaje presupuestario, más de 200 millones. La Autoridad Portuaria no está en disposición de tanto dinero, y las ayudas europeas finalizaron con los 267 millones procedentes de Fondos de Cohesión, al igual que la baza del Banco Europeo de Inversiones que se ha perdido tras acabar con el préstamo de 130 millones que concedió al proyecto. Asimismo, la alternativa que conseguiría la cantidad necesaria para finalizar la operatividad del puerto coruñés -la desafectación de los muelles de Batería y Calvo Sotelo-tiene que ver con una operación inmobiliaria, poco factible debido al estancamiento actual de este mercado.
Visto de otra manera, la única manera de que las nuevas instaladiones del puerto consigan cumplir su función sumaría una inversión total de 1.200 millones de euros.
La decisión de Dockwise viene motivada por el incidente con el "Blue Marlin" el pasado mes de agosto, cuando un retraso de cinco días en la salida del buque hacia Australia estaba motivada por la reparación de los daños sufridos en el casco del barco a causa de la fuerza del viento que, pese a desarrollarse el embarque en pleno agosto, zarandeaba la dársena del polémico puerto exterior. El viento movió al "Canberra", el barco que levantaba el "Blue Marlin", que acabó golpeanodo contra las torretas de popa del buque australiano, lo que precisó reparación.
Fuente: EMV
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