sábado, 21 de diciembre de 2013

Salida final

El buque 'Shoreham' navega por última vez tras un año embargado con marineros a bordo
La naviera inglesa propietaria del buque, dedicada a la venta y transporte de cemento y áridos, ha optado por vender el barco para saldar las deudas que motivaron su embargo

El Shoreham, el barco embargado que ha permanecido casi un año retenido en el Puerto de Santander con varios marineros rusos a bordo, emprende este jueves su última travesía, rumbo al desguace, donde terminará convertido en chatarra.

La naviera inglesa propietaria del buque, dedicada a la venta y transporte de cemento y áridos, ha optado al final por vender el barco para saldar las deudas que motivaron su embargo y provocaron que quedara retenido en el puerto santanderino el pasado enero.

El buque, que arribó a Santander para cargar cemento y clinker para llevarlo a Reino Unido, volverá a navegar este jueves para realizar su último viaje.

Será una travesía corta, desde el muelle de Raos, donde ha estado amarrado once meses, hasta un desguace de barcos de Camargo , su destino final, donde acabará hecho chatarra.

Con la venta del buque concluye además la espera de la tripulación, que podrá al fin volver a sus casas.

El oficial al mando, de origen lituano, ha explicado a Efe que los cuatro marineros que seguían aún en la embarcación volarán este viernes a sus ciudades de origen desde el aeropuerto de Bilbao.

De la tripulación inicial, formada por ocho personas, quedaban en el buque cuatro marineros: tres de origen ruso que navegaban en el barco cuando llegó a Santander, y este oficial lituano, que se incorporó a la tripulación a finales del mes de marzo para relevar al capitán y al primer oficial.

Los marineros permanecían en el buque porque lo habitual, en casos de embargo, es que la empresa mantenga una tripulación mínima para garantizar la propiedad del barco.

Además, para los trabajadores es una forma de asegurarse también el cobro de los salarios atrasados, que ya han sido abonados, según han precisado a Efe tanto el oficial jefe del Shoreham, como fuentes de Capitanía Marítima de Santander.

El Shoreham, de la compañía Dudman Group y con bandera de las Islas Cook (Nueva Zelanda), llegó a Santander el 13 de enero pasado para cargar cemento y clinker.

No era la primera vez que recalaba en el puerto santanderino para realizar un transporte de este tipo, pero en esa ocasión, Capitanía Marítima se vio obligada a retener el buque para cumplir una orden judicial de embargo.

Las deudas que arrastraba la compañía propietaria del barco dieron lugar a esa inmovilización, unas deudas a las que se han sumado después las generadas a la consignataria local (que renunció a seguir consignando el buque tras conocer el embargo) y a la Autoridad Portuaria de Santander, por los costes derivados de la estancia de la embarcación en el puerto.

Al final, la naviera ha vendido el barco como chatarra a un desguace cántabro y con el dinero afrontará pagos a sus acreedores.

Resuelto así el embargo, Capitanía Marítima ha dado ya el visto bueno para que el barco pueda zarpar con destino a su puerto final, un desguace que comenzará en enero los trabajos para convertirlo en chatarra. 

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