La Naval negocia cerrar el contrato de un buque este mes
El astillero La Naval de Sestao podría cerrar la contratación de un nuevo buque "en febrero o marzo" ya que la dirección de la compañía vizcaina mantiene varias negociaciones con diversos armadores. Así lo afirmó ayer Imanol Pradales, diputado de Promoción Económica de la Diputación Foral de Bizkaia, que abogó por mantener la prudencia hasta que se pueda materializar una operación que permitiría recuperar la actividad constructora en el astillero, muy afectada por la crisis del denominado tax lease.
Pradales analizó la situación del astillero vizcaino que atraviesa un momento delicado con un único barco en construcción a punto de ser entregado y con los 238 trabajadores de la plantilla protestando en la calle por la ausencia de cartera de pedidos. De hecho ayer se manifestaron frente a la sede de Ingeteam, segundo accionista del astillero.
Como recordó el máximo responsable de Promoción Económica de Bizkaia en el transcurso de una entrevista en Euskadi Irratia, "el mayor problema" de La Naval en la actualidad es que, tras el estallido de la crisis con la Comisión Europea por el anterior sistema de bonificaciones fiscales para la construcción naval española, "no ha podido conseguir nuevos contratos de buques en el mercado".
Tras recordar que tienen una relación directa y fluida con todos los astilleros, el diputado foral señaló que "en La Naval están inmersos en varias negociaciones y que algunas se podrían cerrar en febrero o marzo, pero hay que pedir, no voy a decir tranquilidad, porque sé que pedir tranquilidad a los trabajadores no es fácil, pero sí prudencia y respeto para ver lo que el equipo de dirección y la propia empresa logran en esas negociaciones".
Pradales coincidió con los trabajadores de La Naval en destacar el hecho de que mientras los astilleros pequeños vascos han vuelto a contratar la construcción de nuevos buques, no sucede lo mismo con la mayor empresa vasca de construcción naval. Llamó la atención sobre el hecho de que "los astilleros pequeños, como Murueta y Zamakona, en Bizkaia, o Balenciaga, en Gipuzkoa, están logrando encargos de nuevos buques, mientras que La Naval no ha podido conseguir hasta ahora nueva carga de trabajo".
ritmos y clientes
En opinión de Pradales, esta circunstancia se explica por el diferente nicho de mercado para el que trabajan unos astilleros y otros. "Creo que están en mercados diferentes, es decir, una cosa es hacer buques pequeños, muy especializados, como son los atuneros, y otra hacer buques grandes, como los gaseros, que es otro mercado. Como los ritmos y los clientes son muy distintos, la competencia también es muy distinta", afirmó.
Según fuentes del sector, otra razón de que unas empresas logren contratar buques y otras como La Naval, tecnológicamente muy preparadas, no lo hagan tiene que ver con la enorme diferencia de precio existente entre los grandes buques especializados que se construyen en Sestao, o los pesqueros, por avanzados que estos sean, que salen de las gradas de los otros astilleros. "Estamos hablando -insisten en el sector- de buques de hasta 220 millones de euros frente a otros, por ejemplo, de 30 millones. Lógicamente las necesidades de financiación son distintas". Pradales reconoció este hecho al señalar que la importancia del tax lease en un mercado y el otro "también es muy diferente", ya que es "muy importante" en el mercado en el que compite La Naval, "pero en el mercado de los atuneros, por ejemplo, no se necesita".
La implicación de los financiadores en el nuevo sistema de bonificaciones fiscales o tax lease ya autorizado por Bruselas es clave para que La Naval puede presentar ofertas competitivas y la realidad es que los financieros que participaron en el sistema anterior anulado por la CE son reticentes a invertir hasta que no sepan las consecuencias que les deparará la liquidación de las ayudas anuladas por Bruselas.
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