Dos de los grandes operadores del Puerto presentan quejas por trato de favor a MSC
Noatum y TCV, que gestionan terminales públicas, exigen que se respete el estatus anterior que impedía a la compañía italiana recibir barcos de otras navieras
La decisión de la Autoridad Portuaria de Valencia de permitir a MSC, que explota una terminal de contenedores privada en Valencia, trabajar con buques operados por otras navieras ha causado malestar en las otras dos grandes terminales de contenedores, Noautum y TCV, que se sienten perjudicadas por la modificación del statu quo vigente. Tan es así que, según confirman diversas fuentes de la industria, ambas empresas están maniobrando a distintos niveles para hacer patente su malestar con la APV y pedir que se respeten las reglas del juego. En esencia, la protesta se produce porque MSC, que hasta ahora solo podía acoger buques de su propia naviera por ser una terminal privada, podrá recibir barcos de cualquier línea, algo que hasta ahora solo podían hacer Noatum y TCV, titulares de concesiones públicas. Por ello, interpretan que se produce una competencia ilegítima.
Tras el último consejo celebrado por la APV en febrero, su presidente, Rafael Aznar, informó de que MSC Terminal Valencia podrá atender tráfico de otras líneas diferentes a la suya siempre que tenga el «control operacional» sobre ellos. El cambio ya ha tenido efecto, como demuestra la presencia de buques de otras líneas en el muelle de la terminal de MSC.
Uno de los puntos del orden del día de esa reunión se refería a la «propuesta de interpretación» del acuerdo de concesión de la que es titular MSC, en concreto a lo que se refiere al tráfico que puede atender. Aznar aseguró disponer de un informe de la Abogacía del Estado favorable a dar una nueva interpretación al acuerdo.
Fuentes de la APV explicaron a este periódico que, efectivamente, no se ha modificado formalmente el acuerdo que tiene MSC, sino que se ha buscado dar una nueva interpretación al que ya está vigente.
El acta de esa reunión aún no ha sido aprobada por el consejo, ya que debía hacerse en una reunión convocada para finales de marzo que fue cancelada sin nueva fecha. Para entonces, tanto TCV como Noatum ya habían trasladado en diferentes instancias su disconformidad con la decisión tanto en la propia APV como en otras superiores.
Consultadas la semana pasada por este asunto, fuentes oficiales del grupo TCB -matriz de TCV-, aseguraron a este periódico que los objetos concesionales «están claros y hay que respetarlos». «Tenemos que ceñirnos al objeto de nuestra concesión y queremos que los objetos se cumplan», insistieron. TCB, que acaba de anunciar la entrada de un grupo inversor japonés en TCV con un 25% del accionariado para reforzar su posición en Valencia, cree que, si la concesión de MSC se rige desde ahora como si fuera una terminal pública, supone una «competencia» sobrevenida para los otros dos operadores que sí pueden trabajar con buques de cualquier naviera.
La medida ha sorprendido en el sector porque la terminal de MSC en Valencia ya está saturada con sus propios tráficos. El año pasado movió 1,7 millones de TEU (de los 4,3 millones del total del puerto) sobre su terminal de 30 hectáreas.
Por su parte, Noatum -controlada por JP Morgan- también ha trasladado a la APV su disconformidad por lo que entiende una ruptura unilateral de las reglas del juego. Según este operador, que prácticamente mueve la mitad de los contenedores que pasan por Valencia, la decisión perjudica a los titulares de concesiones públicas. De hecho, Noatum ha tenido que posponer una inversión que tenía previsto realizar en su terminal al tener que cumplir los requisitos de publicidad y concurrencia propios de una obra pública.
Éste es el último desencuentro entre la APV y su principal operador, que mantienen discrepancias sobre sus respectivas estrategias en la negociación para la renovación del convenio colectivo de los estibadores del Puerto de Valencia.
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