Rusia desarrolla submarinos no tripulados
Rusia reforzará hacia 2016 la capacidad combativa de su Armada con la entrada en disposición combativa de submarinos no tripulados capaces de realizar labores de inteligencia y con autonomía de tres meses, destacan hoy aquí medios periodísticos.
El diario Izvestia cita en un artículo documentos de la Marina de Guerra del Kremlin en los que se confirma la conveniencia de avanzar en labores de investigación y diseño de estos sumergibles conocidos como gliders (en inglés), tendencia iniciada en el mundo hace más de 10 años.
Con aspecto similar al de un torpedo y sin necesidad de hélice para desplazarse, este familiar subacuático de los drones aéreos tendrá en su interior una cámara hermética con dos compartimentos, uno relleno de aire y el otro de un líquido que se bombeará para comprimirlo.
Izvestia explica que el ingenio se sumerge o sale a la superficie al comprimir o aumentar el volumen del aire, respectivamente, y sus desplazamientos son dirigidos a través de las aletas o el lastre de su interior.
Podrá desarrollar velocidades de hasta dos mil metros por hora, y el ahorro de energía le posibilitará permanecer 90 días a profundidades de hasta 300 metros, según las fuentes.
Este glider admitirá a bordo cargas de hasta siete kilogramos de equipos recopiladores de información e incorporará un dispositivo de navegación satelital del sistema ruso Glonass.
Destinados a cumplir misiones castrenses y a prestar servicios a instituciones civiles, estos robots subacuáticos recopilarán datos oceanográficos en lugares donde el uso de otros medios de la Armada sea inviable para cumplir los mismos objetivos, en primer lugar en el Ártico ruso, según se informó.
El precio de cada unidad rondará los 100 mil dólares, y la industria militar rusa asignará unos cuatro millones 800 mil dólares de financiamiento para este proyecto, concluye Izvestia.
Como parte del programa de rearme de la Marina de Guerra de Rusia antes de 2020, el Astillero del Almirantazgo de San Petersburgo botó este jueves el submarino diésel-eléctrico Rostov na Donu, calificado como uno de los más silenciosos de la Armada.
Esta es la segunda unidad del proyecto denominado 636,3 Varshavianka, destinado a la Flota del Mar Negro.
El primero de este tipo, el Novorossiyk, fue botado en noviembre de 2013.
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