El patrimonio de los balleneros vascos
La estación ballenera de Red Bay, en Canadá, celebró ayer su designación como Patrimonio Mundial por la Unesco
La que fuera estación ballenera vasca del siglo XVI en Labrador, Canadá, se ha convertido actualmente en un lugar histórico tras la localización de numerosos restos terrestres y sumergidos en el fondo de sus calas y bahías relacionadas con la caza de estos animales marinos, por parte de arrantzales de diferentes localidades de la costa vasca. Gracias a la investigación de este tema que ha llevado a cabo la londinense Selma Huxley, este territorio ha sido declarado patrimonio de la humanidad.
Los habitantes de Red Bay, localidad ubicada en Labrador/Newfoundlands, y antigua estación ballenera vasca del siglo XVI, celebraron ayer la designación por parte de la Unesco como Patrimonio Mundial. En el acto se colocó una placa en la que se plasma la importancia internacional del lugar en cuanto a su aportación a la cultura e historia canadiense y vasca.
En esta ceremonia estuvieron presentes el senador David Wells, el ministro Sandy Collins y la alcaldesa Wanita Stone, que estuvieron acompañados por la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno vasco, Ana Oregi, y del presidente de Unesco Etxea, Ruper Ormaza, quienes proyectaron un conciso vídeo en el que el lehendakari Iñigo Urkullu destacó el trabajo en común que han realizado Labrador y Euskadi en el estudio de su pasado. Red Bay Basque Whaling Station fue inscrita el verano pasado en la Lista del Patrimonio Mundial. “Tengo que reconocer el trabajo sobresaliente de los que se han ofrecido como voluntarios incansablemente durante años para asegurarse de que los restos de la estación ballenera vasca de Red Bay son debidamente reconocidos”, afirmó la alcaldesa Wanita Stone.
El lugar contiene testimonios arqueológicos de la caza de esta especie y de la vida en aquella época de los pescadores vascos. Sin embargo, muchos datos no hubiesen visto la luz si la investigadora Selma Huxley no hubiese aportado sus conocimientos. Huxley nunca imaginó que aquel viaje de negocios en los años 50 al que acompañó a su marido, el arquitecto Brian Barkham, iba a ser el comienzo de una larga andadura por Euskadi.
Investigación en Oñati
La mujer del arquitecto se quedó impresionada con las historias de los arrantzales que atravesaban el Atlántico en busca de ballenas. La curiosidad le pudo y esta investigación le llevó a Oñati, donde vivió durante 20 años, explorando los documentos que contenía el Archivo Histórico de Protocolos de Gipuzkoa, ubicado en esa localidad. Un sin fin de descubrimientos le llevó a Huxley a volver a Canadá para rastrear a fondo el embarcadero de Red Bay. El hallazgo más importante se encontró en el fondo del agua. “Sabíamos que si en la tierra había restos de estos asentamientos, en el mar tenía que haber muchos más”, aclaraba en la celebración. Entre las distintas embarcaciones que habían naufragado por la zona, encontraron la del ballenero vasco nao San Juan que encalló en el antiguo puerto de Buttes (ahora Red Bay) durante una fuerte tormenta a finales del otoño de 1565.
Desde el pasado junio se está llevando a cabo un proyecto para construir una replica de la nao San Juan en el astillero de Ondartxo, en Pasajes San Pedro con motivo de la Capitalidad Cultural de Donostia 2016.
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