Otro cruce entre la empresa y Enarsa por los regasificadores
Ahora los cruces son por un contrato con la agencia marítima, que implica US$ 20 millones anuales.
La conflictiva relación entre YPF y Enarsa ha vuelto a tensarse por el lado de las importaciones de gas natural licuado (GNL) que ambas operan en forma conjunta.
Esta vez el disparador del nuevo cortocircuito entre la petrolera comandada por Miguel Galuccio y la energética estatal conducida por Walter Fagyas (un incondicional del ministro Julio De Vido) ha sido la licitación abreviada que lanzó YPF para cambiar la agencia marítima de los buques regasificadores de Bahía Blanca y Escobar.
Tras haber objetado los altos costos marítimos y portuarios que se venían pagando, YPF llamó a nueve agencias marítimas para que coticen las tareas logísticas y administrativas que se requieren para el funcionamiento de los regasificadores. En la lista de invitadas se encuentran: Ultramar, AMI, Argocean, Services Management, Meridian, Myrasa, Abbey Sea, Ocean Way y Nabsa.
Lo que está en juego es un contrato anual de casi US$ 20 millones que, por la forma en que se manejan las compras de GNL, deben ser afrontados por Enarsa.
Luego de analizar a las firmas convocadas y las bases licitatorias, desde Enarsa advirtieron que varias oferentes no reúnen las condiciones específicas para atender los buques regasificadores y que el pliego tiende a beneficiar a las agencias propias que tienen las empresas navieras que son dueñas de remolcadores.
Según las reglas que fijó YPF, las agencias deben cotizar por separado sus honorarios y los costos de los remolcadores que por razones de seguridad deben estar “a la orden” de los regasificadores durante todos los días del año.
Para los técnicos de la energética estatal, este requisito favorecería a Ultramar y AMI que pertenecen a Antares Naviera, una de las principales operadoras de remolcadores. Según consideran en Enarsa, lo correcto sería licitar por un lado los remolcadores y por otro, los servicios de la agencia marítima Además, desde Enarsa cuestionan la presencia de Ocean Way, a la que Excelerate —la propietaria de los buques regasificadores— le rescindió hace poco el contrato de “agenciamiento laboral” que tenía desde 2008. El despido obedeció a supuestas sobrefacturaciones de tripulantes locales que la agencia le habría pasado al Estado en connivencia con el gremio marítimo del SOMU que lidera el sindicalista K, Enrique “Cavallo” Suárez.
Fuente: Clarín
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