La dificultad de acceso de grandes barcos obliga al Puerto a ampliar ya su bocana
Las obras, que empezarán en 2014, precipitan el traslado del puerto deportivo del Club Mediterráneo a su nueva ubicación, en el dique de Levante
Es la última obra necesaria para rematar la nueva fisonomía del Puerto de Málaga, y se ha ido retrasando desde hace años. Pero el ensanche de la bocana no puede esperar mucho más, a riesgo de perder los fondos Feder que la UE ha destinado a este fin. La Autoridad Portuaria pretende arrancar con los trabajos en el primer trimestre del próximo año y ello afectará a la actual marina deportiva del Club Mediterráneo, que perderá parte del dique. Por lo que obliga a acelerar el traslado a su nuevo emplazamiento, en la dársena del dique de Levante.
«Quiero que se arregle lo antes posible, porque tenemos que acometer la única obra que está pendiente y hay que hacerla relativamente pronto, porque tiene fondos comunitarios», explica el presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, y recordó que está prevista desde hace años, y que debe comenzar, obligatoriamente, en el 2014.
Los trabajos, que consisten básicamente en la demolición del dique y el contradique del pequeño abrigo actual (en unos 50 metros), así como del espolón de cierre, permitirán alinear y ampliar el acceso a las dársenas de Guadiaro y Heredia (las más próximas al Centro de la ciudad). De hecho, permitirá duplicar el ancho actual (de 70 metros se pasará a 140), con lo que se facilitará mucho una maniobra compleja para los buques, que cada vez tienen mayores dimensiones, según los datos aportados por este organismo. En este espacio se produce el tráfico de viajeros (el Melillero), pero también los buques con mercancía general (Ro-Ro) que gestiona directamente la Autoridad (fuera del ámbito de la terminal de carga, que gestiona en concesión la empresa Noatum).
Cruz Roja
Actualmente, se está ultimando la redacción del proyecto de ejecución -estará listo antes de final de año- que dirá exactamente el precio de la licitación de las obras. Inicialmente, se estima en torno a 1,2 millones de euros (de los que Europa pone el 80%, esto es, un máximo de 950.000 euros) y un plazo de obras algo superior a los 12 meses.
Los trabajos tienen, además de la mudanza del Club Mediterráneo, otros condicionantes previos. Será necesario cambiar de ubicación la sede de los prácticos del Puerto, para la que ya se está buscando un nuevo destino, en una zona cercana; y también se verán afectados dos de los cinco módulos que componen el complejo de la Cruz Roja.
La cuestión de los plazos es fundamental: actualmente, los fondos Feder tienen una prórroga, ya que la fecha tope inicial era 2013. Con esta medida, las obras pueden llegar hasta mediados de 2015, que es, precisamente, el plazo de finalización que se está barajando. Pero en ningún caso pueden prolongarse más allá de esas fechas.
En lo que respecta al Club Mediterráneo, Paulino Plata asegura que la concesión ya está resuelta, a falta solo de concretar un compromiso, que la institución deportiva ha aceptado, para que se produzca una reserva de 2.800 metros cuadrados de superficie, en previsión de que en el futuro el Ayuntamiento decida impulsar un hotel de lujo en la parcela anexa (entre la dársena y la terminal de cruceros) y de evaluar lo que esa merma corresponde a la bajada del canon anual. El plazo para mover los barcos se acordará previamente con la entidad deportiva.
En este punto, su presidente, José Agustín Gómez-Raggio, reconoce la premura y pone de relieve que su intención es asumir la concesión, que ya se le ha notificado, lo antes posible. Para ello, en los próximos días entregará el depósito de 100.000 euros para obtener el derecho de ocupación de la dársena.
Posteriormente, pedirá una modificación de la parcela para encajar la futura casa de botes, la marina seca y la nave de actividades náuticas. «Los plazos son fundamentales tanto pa el puerto como para nosotros; queremos hacer los pantalanes ya, a partir del mes que viene, y a principios de año estarían puestos», comenta. A ello, se une la necesidad de hacer una primera edificación, de pequeñas dimensiones, para vigilancia y marinería. Además, la intención del Club es comenzar cuanto antes a vallar el recinto. «Para Semana Santa queremos hacer la mudanza y que el Puerto pueda acometer de una vez las obras del transversal», añade Gómez-Raggio.
La concesión de la dársena del dique de Levante, que tiene un periodo de vigencia de 35 años, aportará una capacidad para unos 280 amarres (120 en el agua y 160 en una marina seca). Asimismo, está prevista la construcción (en varias fases) de diversos equipamientos deportivos y lúdicos, tales como una moderna casa de botes, con un restaurante-mirador en la terraza. Así como un centro avanzado de remo y un aula de formación.
Fuente: Diario Sur
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