Astano bautizó uno de sus proyectos más ambiciosos: el «Petrojarl Foinaven»
Hace veinte años, La Voz de Galicia anunciaba el hito del bautizo oficial en Astano del Petrojarl Foinaven, uno de los proyectos técnicamente más ambiciosos que el astillero había acometido hasta el momento en el campo de la construcción naval offshore. El Petrojarl estaba destinado al campo Foinaven, propiedad de las compañías British Petroleum y Shell, situado a unos doscientos kilómetros al oeste de las islas Shetland, en la denominada Frontera Atlántica. Se trata de un campo que los especialistas consideraban como parte fundamental de un área de «un gran porvenir» desde el punto de vista de las expectativas de producción. El Petrojarl Foinaven, cuya construcción supuso a los armadores un desembolso aproximado de 36.000 millones de pesetas, se incorporaría a la primera fase de explotación del campo, que, de acuerdo con la información técnica facilitada por Astilleros Españoles, «se pone en marcha siguiendo un modelo de gran velocidad para acortar los tiempos de desarrollo»
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