miércoles, 23 de julio de 2014

Sigue vendiendo humo en su tierra

A Repsol no le cuadran las promesas millonarias para Canarias de Soria
La petrolera no respalda los beneficios de 300 a 400 millones de euros anuales asegurados por el ministro de Industria para las Islas
Ni siquiera contempla que se aplique un impuesto inexistente en la fiscalidad española del 8%, como mantiene el presidente del PP canario
Las opciones de éxito en los sondeos son de un 19% pero las ganancias se dispararían con unos 110.000 barriles de crudo diarios en 20 años
La compañía presidida por Antonio Brufau está convencida de que si aparece gas natural en vez de petróleo se acabará la polémica en las Islas

La calculadora del ministro de Industria, José Manuel Soria, arrojando el lunes pasado entre 300 y 400 millones de euros de beneficios anuales para Canarias si se encontrara petróleo en aguas cercanas a Fuerteventura y Lanzarote, no es la misma que maneja a diario el operador Repsol. A la compañía presidida por Antonio Brufau, que ha vuelto a visitar Gran Canaria este martes en menos de cuatro meses, no le cuadran en absoluto las promesas de beneficios millonarios que ha lanzado al mercado mediático Soria, en un foro organizado por Editorial Prensa Ibérica.

Las cifras del ministro no tienen respaldo empresarial y técnico alguno, hasta el punto de que han caído como una sorpresa sin que en Repsol se comparta la deducción a la que ha llegado el ministro canario del Gobierno de España, en su penúltima ofensiva política para convencer a lo más granado de la sociedad grancanaria de que buscar y encontrar petróleo es el futuro para el Archipiélago. Repsol está totalmente convencido de ello, de que ese futuro es mejor y que se debe producir un cambio de mentalidad y forma de crecer económicamente en las Islas, pero no comparte las cantidades que ha manejado en los últimos días el presidente del PP regional.

Es más, el impuesto del 8% sobre el beneficio de la producción petrolera en aguas frente a las costas majoreras y conejeras, al que también hizo referencia el lunes el ministro de Industria, Energía y Turismo del Reino de España como la herramienta fiscal para dejar en las Islas esos rendimientos millonarios, no se contempla tampoco en el proyecto de negocio de Repsol, que en todo caso, de encontrar petróleo, reduce a entre un 10 y un 15% la rentabilidad final de una facturación que en los 20 años de concesión minera bajo aguas isleñas reportaría un global de entre 30.000 y 40.000 millones de dólares [de 22.275 a 29.700 millones de euros al cambio].

Los números de Soria nada tienen que ver con los de Repsol, que en su proyecto de arranque a la búsqueda de petróleo en dos de las nueve cuadrículas [las llamadas con nombres de fruta Sandía y Chirimoya] tiene previsto invertir 200 millones de dólares [148 millones de euros] y va a volcar todos sus esfuerzos para que aparezca bajo el lecho marino petróleo de alta calidad, o gas natural. De fallar en la primera perforación, desistirá del proyecto, pero de encontrar petróleo, los cálculos de la compañía son inmejorables para un tipo de descubrimiento de ese gran calibre, con unos 500 millones de barriles de crudo durante toda la concesión de 20 años, lo que llevará a extraer 110.000 barriles cada día. En el sector, dar con un yacimiento que aporte más de 100 millones de barriles en ese periodo de explotación ya se entiende como una inversión rentable y justificada.

Las posibilidades de encontrar oro negro bajo el kilómetro de lámina de agua y en los dos kilómetros a perforar de subsuelo marino quedan reducidas a un 19% en los estudios que Repsol ha llevado a cabo, en los que el gas natural, aunque de menor probabilidad todavía que el del crudo, empieza a cobrar un protagonismo mediático mayor ante el conflicto abierto con las instituciones de las Islas. En Repsol están totalmente convencidos de que si aparece gas, en vez de petróleo, en Canarias el debate se habrá acabado y la polémica por impedir siquiera sondear, que es la fase en la que se encuentra la autorización gubernamental, llevará al ridículo.

Aún así, la apuesta de Repsol es por encontrar petróleo. El negocio del gas natural, sobre el que se ha vuelto a debatir en estos últimos tiempos en Canarias, es mucho menos rentable para los intereses de la compañía, y en todo caso de aparecer gas, haría inservible los proyectos de las regasificadoras en Granadilla (Tenerife) y la controvertida de Arinaga (Gran Canaria), ya que el combustible sin necesidad de tratar iría en tuberías directo desde los yacimientos hasta la costa. Previsiblemente de Fuerteventura, la más cercana a los pozos marinos a explotar.

En cuanto a inversión, el gas se queda a dos tercios del montante global previsto para el crudo, ya que de una apuesta inicial de 13.000 o 14.000 millones de dólares por el petróleo, quedaría rebajada a 7.000 o 8.000 millones de dólares gasísticos. En el caso de que sea petróleo lo que haya bajo el subsuelo marino de la plataforma de las islas orientales, en la fase inicial la inversión sería de 1.500 millones de dólares. Por cada millón invertido, Repsol calcula que se podría crear de tres a cuatro puestos de trabajo directos e indirectos. De esas cifras salen los habituales de 3.000 a 5.000 puestos de trabajo vendidos en prensa y por parte de los defensores políticos de buscar petróleo, el PP, después de los inicialmente desorbitados 50.000 empleos que daría la industria, como llegaron a recoger los diarios de tinta. Aquel tiempo en que todo era Jauja bajo el mar.

La compañía petrolera, que este miércoles también tiene programada una conferencia en la Universidad de La Laguna, auspiciada por la patronal turística de Tenerife Ashotel, mantiene que en Canarias no habría debate ni polémica, ni tanta contestación social, si no hubiera un enfrentamiento tan enconado entre el presidente del Gobierno autónomo, Paulino Rivero, y el ministro paisano del Reino, José Manuel Soria. Parte probatoria de ello pudiera estar en las últimas peticiones de Paulino Rivero, tras su entrevista también el lunes de marras con Antonio Brufau en Madrid, de que Rajoy quite de enmedio a Soria del expediente, como él mismo hizo en su momento con otras cuadrículas mineras en tierras de Fuerteventura, las de la montaña de Tebeto, a punto de costarle un agujero indemnizatorio a aquel gobierno CC-PP de Rivero y Soria.

Polémica política aparte, también con el horizonte electoral de 2015 y el cambio de mentalidad que vaticinan en Repsol en las Islas en cuanto haya petróleo, para la compañía, más allá de los argumentos medioambientales o fiscales que se pongan encima de la mesa a la hora de decidir si se debe o no extraer petróleo, lo inconcebible es que no se quiera saber si hay o no oro negro bajo el mar. Porque lo van a buscar: en su hoja de ruta no se contempla una suspensión de los permisos. Ha gastado 40 millones de dólares en estos años atrás y los reclamaría con todas las de la Ley. La misma que la va a dar la autorización definitiva de manera inminente, este nuevo viernes de Dolores, mismamente.

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