En concreto, las dos petroleras quieren cambiar la fase 13 del Pars Sur, que prevé exploraciones en el mar y forma parte de un yacimiento fronterizo compartido con Qatar valorado en 10.000 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros), según los medios británicos por la 20 o 21, que estaría operativa en una década.
No obstante, el prestigioso rotativo británico Financial Times y la agencia Reuters apuntan que la decisión de retirarse de la actual fase responde a las presiones de Washington, concretamente de sus respectivos equipos legales conscientes del rechazo que generaría en el Gobierno de la Casa Blanca, enfrentado al régimen de Teherán por el programa nuclear.
Sin embargo, desde la petrolera hispano-argentina recalcan que los posibles cambios en la parte de exploración de hidrocarburos del Persian LNG no significa ni conduce a un abandono de sus planes iniciales.
Las expectativas de que el precio del petróleo va a continuar alto ha hecho que muchas empresas se replanteen poner en marcha campos de producción que hasta ahora resultaban inviables.
Esta circunstancia ha presionado al alza las inversiones en las instalaciones, ya que las empresas especializadas en estos trabajos son escasas y tienen que atender mucha demanda en trabajos exploratorios.
Repsol YPF y Shell firmaron hace un año un acuerdo preliminar con las autoridades iraníes par desarrollar un proyecto de gas natural licuado, denominado Persian LNG, que incluye el desarrollo de campos exploratorios y una planta de licuefacción de gas. La decisión final de inversión, que estaba prevista para el primer trimestre de este año, todavía no se ha tomado.
Según la versión del FT, Irán ha estado presionando a Shell y a Repsol para que firmasen el acuerdo definitivo dado que la fase 13 del proyecto está en la frontera con Qatar, que ya está extrayendo gas de la parte que le corresponde. De hecho, el mes pasado, Teherán conminó a los dos grupos, así como al francés Total, que participa en las fases 11 y 12, a finalizar en junio sus contratos respectivos ya que, si no lo hacían, la rusa Gazprom, la china Sinopec y la empresa nacional india estaban más que dispuestas a sustituirlas.
En cualquier caso, el Persian LNG no forma parte de los diez proyectos concretos identificados por Repsol YPF en su plan estratégico 2008-2012, presentado a finales del pasado mes de febrero, a pesar de que la petrolera presidida por Antonio Brufau firmó en 2004 un acuerdo con las autoridades iraníes para participar en este proyecto, localizado en la zona de Tombak y que cuenta con dos trenes de licuado de 8,1 millones de toneladas anuales cada uno.
Por último, aunque ni Shell ni Repsol han querido comentar sus motivos, la salida de Irán se produce en un momento en que Washington está reforzando sus presiones sobre las compañías internacionales para que suspendan sus operaciones en Irán como parte de una campañaF
Fuente: El Pais
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