se acercan al barco y quedan en él a la espera de llegar a otra costa para
marchar. Muchas veces, en viajes muy largos, empiezas a ver al cabo de unos
cuantos días cantidad de ellos por cubierta muertos de hambre o completamente
deshidratados.
Hoy ha sido uno de esos días, y uno de los que tenemos a bordo, en un ataque
total de desesperación se ha estampado contra el cristal del puente. Sólamente
he oido un PUM y he visto un revoloteo de plumas. No hacía falta ser Nostradamus
para saber lo que había pasado.
Así que ahora pasaré a retirar el cuerpo y darle un bonito entierro. Rezaremos
una oración por el alma de este pequeño pajarillo.
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