Todos leímos con tristeza que precisamente uno de los escritores más imaginativos estaba siendo víctima de los primeros estadios de su evolución de una enfermedad que elimina la imaginación. ¿Hasta cuándo podremos disfrutar de sus nuevas obras? No lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que, como no podría ser de otra forma, Pratchett se toma con humor su padecimiento:
Tengo la intención, antes de que sobrevenga el final del juego, de morir sentado dn una silla en mi propio jardín con una copa de brandy en mi mano y Thomas Tallis en el iPod,” aseguró Pratchett. “Oh, y como esto es Inglaterra, mejor añado que ‘Si llueve, en la biblioteca’. ¿quién podría decir que eso está mal?
Son palabras que forman parte de su emotivo alegato sobre el derecho a una muerte digna realizado en una entrevista al diario británico Daily Mail.
Tuvimos tanto éxito durante el pasado siglo en el arte de vivir más, de permanecer vivos, que hemos olvidado como morir. Demasiado amenudo aprendemos por el peor camino. Cuando la gente vaya alcanzando la edad de jubilación, la lección será más dura todavía. Al menos, es lo que pensaba hasta la última semana.
Ahora, sin embargo, vivo con esperanza. Esperanza de que antes de que la enfermedad de mi cerebro finalmente lo vacíe, pueda saltar antes que ella y condenar a mi Némesis a su destrucción, como un combate entre Sherlock Holmes y Moriarty, mientras se caen de una cascada.
A ver si encuentro el artículo entero, por el que ya ha sido duramente criticado por alguna asociación provida ultrareligiosa...
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