viernes, 21 de febrero de 2014

EL acuerdo

China y Rusia caminan hacia el altar del gas

La saga de si Rusia suministrará gas natural a China siempre ha recordado a dos familias rivales negociando la dote nupcial. Durante una década, las dos partes han querido cosas diferentes.

Pero ahora parece alcanzable un acuerdo entre el mayor exportador de gas del mundo y uno de los mercados de gas con mayor crecimiento del mundo. Eso se debe en parte a que Rusia teme que, cuanto más espere, menos dote recibirá. Y si el acuerdo sale adelante, podría cambiar la manera en que Asia obtiene su energía.

Según un borrador del acuerdo elaborado el año pasado, el gigante estatal ruso Gazprom OGZPY +1.70% suministraría 3.750 millones de pies cúbicos al día a su contraparte China National Petroleum Corporation durante 30 años a partir de 2018. La demanda diaria actual de gas de China es de unos 16.000 millones de pies cúbicos, cantidad que el Gobierno espera duplicar para 2020. Rusia afirma que ambas partes han acordado una fórmula de precios, pero no un precio concreto. Ahora la atención se centra en la visita de Vladimir Putin a China de mayo.

Hay motivos para ser optimistas al ver que los precios del mercado convergen. El precio que Gazprom cobra a sus clientes europeos ha descendido a US$11 por cada millón de BTU --British Thermal Unit-- dado que el gigante está concediendo descuentos para evitar la competencia de países como Noruega, afirma James Henderson del Instituto Oxford para Estudios Energéticos.

Mientras tanto, China paga aproximadamente US$10 por cada millón de BTU por el gas de Turkmenistán y Myanmar. Pero China también elevó recientemente los precios minoristas del gas para el residente medio de, por ejemplo Shanghai, a casi US$15 por millón de BTU, según Platts. Asumiendo que cuesta US$4 distribuir el gas desde el noreste de China a Shanghai, China está lista para un precio de US$11 para el gas en la frontera.

Las opciones de Gazprom no mejorarán mucho. Europa, donde la empresa obtiene la mayor parte de su flujo de caja, crece con lentitud, mientras que los rivales rusos aumentan su presencia en el territorio de Gazprom. A la hora de negociar un precio, la oferta mundial también juega a favor de China. La revolución del esquisto en Estados Unidos, y los pasos dados por el país norteamericano para exportar gas en los próximos años, dan a Asia otra opción de suministro. A esto se suman además los más de 7.000 millones de pies cúbicos diarios de capacidad de GNL de Australia que entrarán en circulación para 2017, señala Nate Taplin de Gavekal.

Si Rusia firma un acuerdo pronto, podría fomentar el desarrollo del Este de Siberia como centro de operaciones para vender gas a Japón y Corea del Sur. Esto ejercería presión competitiva sobre los precios del GNL asiáticos, algo a lo que algunos proveedores de gas de Oriente Próximo y Australia tendrían que enfrentarse.

Cuando dos de los mayores grupos del gas del mundo se unan, todo el mundo notará el efecto. 

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