Aunque lo que movió a Gas Natural a adquirir Unión Fenosa en 2008 fue el negocio eléctrico de esta última,la compra implicaba hacerse también con el 50% de su filial gasista (la otra mitad es de la
italiana Eni),que aportaba rutas de aprovisionamiento a largo plazo desde países como Egipto y Omán.
Eran activos valiosos(y lo siguen siendo, a pesar de la inestabilidad que se vive en la zona),a los que hay que añadir ahora una creciente presencia en Guinea Ecuatorial.
Unión Fenosa Gas y Galp se han hecho con el 25% del consorcio gasístico guineano 3G que estaba en manos del grupo alemán E.ON, erigiéndose la compañía española en el segundo mayor socio del proyecto sólo por detrás de Sonagas, la empresa estatal de Guinea.
A priori , es una buena noticia. De un lado, por que será el grupo español el que llevará las riendas de la gestión de 3G, cuyo objetivo es construir y gestionar un sistema de gaseoducto. Y de otro, porque Guinea Ecuatorial ha sido en los últimos años uno de los principales motores económicos de África central gracias a los hallazgos de gas y petróleo realizados en su suelo en los 90.
Desde ese prisma, su sector energético representa una clara oportunidad de crecimiento para las empresas foráneas, aunque no exenta de riesgos.
Las relaciones entre España y Guinea han sido siempre complejas y con altibajos, y los principales organismos internacionales, entre ellos la OCDE, le otorgan un perfil de riesgo elevado, tanto en lo político como en lo económico. Las oportunidades están para aprovecharlas, pero teniendo claro qué terreno se pisa.
Fuente: Expansión
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