viernes, 31 de agosto de 2012

Ni un duro

España dice adiós a recuperar el gasto del «Prestige» en EE.UU.
Un tribunal rechaza el recurso de apelación español y considera que no hay pruebas suficientes para culpar a la clasificadora del accidente

Las aspiraciones españolas de lograr una reparación económica por los daños del Prestige ha recibido un nuevo mazazo, probablemente definitivo, en la jurisdicción civil estadounidense. El Tribunal de Apelación del Segundo Circuito de Nueva York rechazó el pasado miércoles el recurso presentado por España contra la decisión del tribunal de distrito de desestimar la demanda de 1.000 millones de dólares contra ABS, la empresa que dio el visto bueno técnico al petrolero.

En el auto de hace dos años se concluía que, según los convenios internacionales, la clasificadora estadounidense no podía ser responsable de daños a terceros, pues el contrato estaba firmado con el armador del buque.

Lo curioso es que la decisión de los tres jueces, unánime, no entra a valorar este aspecto, pues lo consideran accesorio. Es más, dan la razón a España a la hora de considerar que ABS sí sería responsable de los daños ecológicos provocados en el litoral español. Pero el golpe definitivo a la demanda española surge cuando los magistrados entran a valorar el fondo de la cuestión: la presunta negligencia e imprudencia de esta empresa en las sucesivas revisiones técnicas del petrolero. Según el tribunal, España no ha probado suficientemente que estos errores en las inspecciones fueran la principal causa del accidente. La reclamación civil contra ABS ascendía a 1.000 millones de dólares

«En nuestra opinión, España ha fracasado a la hora de aportar evidencias suficientes para suscitar una disputa genuina de material fáctico y demostrar que los demandados incumplieron su deber de manera imprudente, de forma que sus acciones constituyeron una causa directa del accidente», se asegura en el texto del auto judicial al que ha tenido acceso La Voz.

A pesar de los múltiples informes y pruebas que los abogados de Squire, Sanders & Dempsey presentaron en los tribunales neoyorquinos, los tres jueces concluyen que «ningún jurado razonable» podría inferir que ABS fue imprudente «con las evidencias aquí aportadas».

La resolución del recurso ha tardado dos años, en buena medida porque los magistrados entraron en el prolijo análisis de todas las pruebas, como si en realidad se tratara de una antesala del juicio que probablemente España jamás tendrá en la jurisdicción estadounidense.

Con esta decisión se pierde una oportunidad única para recuperar buena parte del dinero que se gastó en la gestión de la catástrofe. Ninguna otra empresa del entramado del barco tiene la solvencia de ABS.

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