El disco lunar enrojecerá durante la próxima madrugada en el que será el último eclipse total de Luna visible desde España esta década. El satélite terrestre tardará 51 minutos en atravesar la proyección de la sombra de la Tierra en el espacio, aunque el fenómeno durará en total casi seis veces más, desde la 1.35 hasta las 7.17 horas. A diferencia de los eclipses de Sol, en los que hay que tomar algunas precauciones para evitar graves lesiones oculares, los lunares pueden observarse a simple vista. Como contrapartida, para disfrutar del de mañana habrá que pasar toda la noche en vela.
La Luna es un mundo rocoso, sin luz propia y visible para nosotros porque refleja la del Sol. Tiene 3.476 kilómetros de diámetro, frente a los 12.756 de nuestro planeta. Orbita la Tierra a 385.000 kilómetros, una vez cada 29 días y medio, y su cambio de posición con respecto al Sol es el responsable de sus cuatro fases. Así, durante la luna nueva, no la vemos porque su cara iluminada apunta al otro lado; mientras que en la llena pasa todo lo contrario: la luz del Sol da de pleno en el disco lunar.
Siempre llena
Un eclipse sólo puede darse durante la luna llena y si ésta cruza la sombra de la Tierra, que entonces se interpone entre el Sol y el satélite. Cuando eso pasa, la luz de la estrella no llega con toda su potencia a la Luna, sino que parte es interceptada por nuestro planeta. Por su parte, el eclipse de Sol, que se produce cuando la Luna se interpone entre la estrella y la Tierra, sólo puede darse con la luna llena y es un fenómeno que, al conllevar la llegada de la oscuridad en pleno día, ha tenido interpretaciones supersticiosas a lo largo de la historia. El modisto Paco Rabanne profetizó, por ejemplo, en 1999 que la estación espacial 'Mir' iba a caer sobre París el 11 de agosto de ese año durante un eclipse total de Sol. Se equivocó, claro.
La categoría del eclipse lunar depende de la luz que llega al satélite: el fenómeno es penumbral si la Luna pasa por la zona exterior -penumbra- de la sombra terrestre, que bloquea sólo parte de la radiación solar; parcial si parte del astro cruza por la zona central de la sombra, llamada umbra; y total si es toda la Luna la que se mete en la umbra. Los eclipses penumbrales sólo son perceptibles gracias a equipos sofisticados, mientras que los parciales y totales pueden ser vistos a ojo desnudo.
Un eclipse lunar total empieza, en realidad, siendo penumbral, para pasar a ser luego parcial, total, parcial y otra vez penumbral. El de esta noche será visible en toda América y Europa y África occidentales. En España, el primer contacto del disco lunar con la penumbra tendrá lugar a las 1.35 horas y con la 'umbra', a las 2.43 horas. La Luna irá oscureciéndose progresivamente hasta el máximo del eclipse, a las 4.26 horas, cuando esté en plena umbra todo su disco. Pero no se hará invisible, ya que llegará hasta ella luz refractada por la atmósfera terrestre que la teñirá de rojo.
El grado del oscurecimiento lunar depende de si la atmósfera de la Tierra está más o menos sucia. Los eclipses de Luna que ocurren tras erupciones volcánicas pueden llegar a hacer 'desaparecer' el satélite terrestre. Como otros sucesos celestes, los hay vinculados real o ficticiamente a momentos históricos como el sitio de Siracusa, las muertes de Herodes el Grande, Augusto y Jesús de Nazareth, la caída de Constantinopla.
Fenómeno frecuente
Estos fenómenos astronómicos son frecuentes. Hay registrados 4.213 parciales y 3.505 totales en los últimos 5.000 años, y habría un eclipse total al mes si no fuera porque el Sol, la Tierra y la Luna no están siempre perfectamente alineados. Dado que la órbita lunar está inclinada unos 5º respecto al plano en el que la Tierra gira alrededor del Sol, el satélite terrestre pasa unas veces por encima de la sombra proyectada de nuestro planeta y otras por debajo. Se han visto seis eclipses totales de Luna desde el País Vasco en lo que llevamos del siglo XXI y, en las mismas condiciones que mañana, se habrán observado treinta antes de que acabe la centuria, además de un número similar visible sólo parcialmente. Si las nubes no lo impiden, el eclipse lunar de la próxima madrugada podrá seguirse perfectamente de principio a fin, como cuatro de los seis registrados 'sobre' Euskadi desde enero de 2001.
Para disfrutar de un eclipse lunar, sólo hace falta que cuando ocurra el satélite sea visible desde el lugar en el que estemos, algo que siempre pasa en una mitad del planeta. Además, como en todo fenómeno astronómico, conviene alejarse de los núcleos urbanos para que la iluminación artificial no reste espectacularidad al oscurecimiento y posterior iluminación lunar.
Aunque el siguiente eclipse lunar total ocurrirá en diciembre de 2010, no será hasta el 28 de septiembre de 2015 cuando pueda verse otro de principio a fin desde el País Vasco. Quien quiera conocer qué próximos eclipses lunares y solares de todo tipo son visibles desde su lugar de residencia hasta el año 3000 puede saberlo gracias a dos webs de la NASA: sunearth.gsfc.nasa.gov/eclipse/JLEX/JLEX-index.html, para los fenómenos lunares; y sunearth. gsfc.nasa.gov/eclipse/JSEX/JSEX-index.html, para los solares.
Fuente: El correo
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