Rottneros relega el cierre y defiende un plan con despidos que exige 19 millones en ayudas
El proyecto garantizaría la viabilidad de la planta 5 años, pero necesita el refrendo de una plantilla a la que se quiere reducir en un 33%
La ausencia de noticias era la mejor noticia. Esa fue la interpretación que realizaban las administraciones y el comité de empresa de Rottneros cuando se les cuestionaba sobre el silencio que ha mantenido la multinacional en la última semana, tras la reunión de su consejo de administración. La decisión sobre el futuro de la planta mirandesa quedó aplazada, se intuyó. Y ayer lo confirmó el propio Ole Terlan, consejero delegado de la corporación sueca. Puso sobre la mesa un plan de viabilidad a cinco años. Pero sus condiciones son duras: reducción de un 33% de la plantilla y del bloque de refuerzo de trabajadores de subcontratas (alrededor de un centenar), y una inyección económica «urgente» que se cifraría «entre 18 y 19 millones de euros» a dos años. La plantilla ha de respaldarlo. De lo contrario, las administraciones no liberarán capital. Y ahí es donde se abre la primera parte de la negociación.
Terlan afrontó ayer la primera jornada de reuniones. Muy apretada. A las 16.00 llegó puntual al Ayuntamiento para entrevistarse con el alcalde Fernando Campo, los portavoces de los grupos políticos (Aitana Hernando, Borja Suárez y Conchi Ortega) y un representante de los trabajadores. Fue recibido (y despedido) con una sonora pitada protagonizada por alrededor de 200 personas que gritaban contra el cierre de la planta. Y exhibían pancartas con ese mismo mensaje. En castellano -como no podía ser otra manera-, pero también en sueco ('Inte att stanga AV Rottneros Miranda'). La reunión se prolongó durante una hora y cuarto. A su término, la empresa rehusó hacer declaraciones.
«El plan social, según se ha puesto encima de la mesa, no lo admitimos porque, además de jubilaciones, habla de despidos -la dirección local concretó en su día en 55 personas ese 'recorte'-. No estaríamos por la labor. Pero estamos de acuerdo en seguir negociando. Queremos hablar de mantenimiento del empleo», explicó Francisco González, presidente del comité quien defendió opciones como «las prejubilaciones o las bajas incentivadas». Se trata, en líneas generales, del proyecto que Gregorio Martín, director general de Rottneros Miranda, planteó en un primer momento a la multinacional -fue descartado-.
El plan a cinco años está basado en «precios de mercado, precios de compras, ventas». Su parte industrial se sustentaría en la inversión ya prevista, que incluye la incorporación de mejoras para cumplir con exigencias medioambientales impuestas por la legislación, así como otras acciones para optimizar costes de gas y electricidad.
Los 19 millones que hoy se plantean son 6 más que los barajados en un primer momento por la dirección local. Martín habló en declaraciones a EL CORREO hace una semana, de 13 millones. Parte de la inversión -7,5 millones de los 11 previstos para un proyecto ya en marcha- eran imprescindibles para «obtener el permiso medioambiental integrado» para seguir operando.
El resto tendría como destino «compensar aquellos despidos que vamos a tener que hacer». Y, también, hacer frente a las posibles pérdidas «porque en los primeros 3 ó 4 meses las tendremos y hay que disponer de alguna línea de descuento o algo», indicó entonces. La implicación de las administraciones autonómica y estatal es «fundamental».
El coste del cierre
De hecho, el que hoy la dirección sueca esté dispuesta a estudiar un proyecto que en su momento descartó, se debe también a las propuestas (y presiones) lanzadas desde Madrid y Valladolid. «Hoy el consejero delegado ha observado que las administraciones están ahí, que quieren apoyar, que hay posibilidades de seguir con esta industria», Pero también «que es posible que le cueste más cerrarla que tenerla abierta».
Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social dejó claro en su carta a Terlan días atrás, que la empresa tendría que asumir todos los costes de descontaminación del solar. Y son dos millones de metros cuadrados y casi setenta años de actividad industrial en la zona. «La inversión a nivel medioambiental está más o menos hecha, pero se podrían hacer muchas cosas más. Se trata de niveles básicos de inversión».
La otra alternativa para conseguir liquidez está en el desembarco de un socio inversor. La multinacional ha liberado todas las acciones y activos de Rottneros Miranda. Los pone como 'aval'. Está en disposición de que un tercero entre en la sociedad, «ya sea una empresa de capital riesgo, una caja de ahorros, etcétera; que inyecte capital».
Fernando Campo destacó el carácter imprescindible que se ha dado a una condición: el plan de viabilidad debe estar consensuado con los trabajadores «por ser la mejor forma para que las líneas de ayuda de las administraciones puedan ser factibles». Los trabajadores ya mantuvieron anoche una primera reunión con el consejero delegado de Rottneros AB. La idea es establecer unas líneas generales que en las próximas horas se trasladarán a los representantes regionales y del Estado.
Asumiendo que se trata de «una toma de contacto», Campo sí planteó que debería establecerse un periodo «prudencial» para el desarrollo de esta negociación, dando un plazo de «mes o mes y medio». El responsable municipal aseguró con respecto al periodo de viabilidad que se concede al plan de un periodo mucho más amplio que el expresado por los trabajadores. «Se está hablando de entre cinco y diez años». El futuro para los trabajadores, pasaría también por Silvipak y la cogeneración o la biomasa.
Fuente: el correo
Fuente: el correo
No hay comentarios:
Publicar un comentario