miércoles, 5 de enero de 2011

Y con la ley llegó la trampa...


Un bar de Zaragoza se convierte en asociación para esquivar el veto al tabaco

El local ofrece a los clientes que entran hacerse miembros de la 'Asociación del chuletón y del vino', que consiente en su nuevo reglamento fumar en el interior del recinto.

Un bar de Santa Isabel ya ha buscado la manera de darle la vuelta a la ley antitabaco. El antiguo 'Toma 3', ubicado en este barrio zaragozano, se ha refundado como la 'Asociación del chuletón y del vino' y ofrece a los clientes que entran hacerse socios para poder permanecer en el local y consumir. De momento, ya tienen casi 250 asociados, y próximamente celebrarán una reunión para decidir si se admiten más o si se cierra el cupo y se quedan los que están.

La decisión la tomaron los clientes habituales del bar, con una fuerte presencia de aficionados a los motos y con relación de amistad, hace ya varios meses. Concretamente en febrero del año pasado, cuando se empezó a vislumbrar la entrada en vigor de la nueva normativa, diez de estas personas comenzaron a perfilar la transformación del local. Poco a poco se fueron añadiendo socios, que celebraban semanalmente una cena de chuletón y vino por solo diez euros. Sin embargo, mientras tanto el bar seguía abierto al público en general con total normalidad.

Desde el pasado domingo, cuando entró en vigor la normativa antitabaco que prohíbe fumar en los bares, el recinto no funciona como tal, según señaló la antigua dueña del local, que ahora dice ser "una simple socia más".

Cuando alguien entra al establecimiento para consumir algo, antes se le da un papel con el que se le insta a que se haga socio, y comunicándole que en próximas fechas recibirá su carné acreditativo. No se pide cuota alguna de inscripción. Entonces se sirve la consumición y se abona como si se estuviera en un bar convencional -dentro, los socios ayer fumaban sin ningún problema-. La antigua dueña del local señaló ayer que este cobro se corresponde oficialmente a la reposición del gasto hecho en la asociación gastronómica -ya que este tipo de organizaciones deben ser sin ánimo de lucro-.

Según apuntó esta socia, la asociación revisará a finales de año las cuentas que ha acumulado a lo largo del ejercicio, y las personas que están detrás de la barra -ella incluida- cobrarán "exclusivamente por los gastos de gestión del local". Incluso, señaló que "si los socios lo deciden, las personas que nos encargamos de esta gestión podríamos cambiar".

Esta misma persona afirmó que su intención "no es ser pioneros en nada", e insistió en que la formación de la sociedad "no se hace exclusivamente para que se pueda fumar". "Asociaciones hay muchas, y en todas ellas se decide si se puede fumar o no. Aquí pasa lo mismo", apuntó.

Además, anticipó que van a realizar reuniones para organizar un calendario de actividades, que podrían incluir la proyección de películas de Chuck Norris al mediodía, por ejemplo. De momento, para mañana ya han organizado un acto con Sus Majestades los Reyes Magos para los hijos de los asociados.

Los socios eligen
Las asociaciones de este tipo -muy habituales y con gran tradición en el País Vasco y Navarra, constituidas como sociedades gastronómicas- son consideradas como recintos privados, por lo que no están sujetos a la normativa contra el tabaco, que afecta específicamente a los establecimientos públicos. Por ello, depende de las competencias particulares de cada local elegir las normas de uso, entre ellas, el permiso o no de fumar.

De hecho, en las Comunidades antes mencionadas, estas sociedades se pueden convertir en un 'refugio' para los fumadores, y los hosteleros del País Vasco ya han mostrado varias veces su inquietud por que pueda suponerles una competencia importante. Aunque menos habituales, en Aragón también existen este tipo de locales, e igualmente son los socios los que tienen que decidir si se asume la prohibición de fumar en su interior.
Fuente: Heraldo de Aragón

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