China Sonangol lanza una oferta de compra por el astillero Barreras
La construcción naval de la ría de Vigo va de sobresalto en sobresalto. Después de la crisis del tax lease, que dejó a los astilleros fuera de combate, y de las promesas de inversión de Pemex, todavía a medio cumplir, ahora más de la mitad del sector podría estar a punto de pasar a manos chinas. China Sonangol, la multinacional chino-angoleña que el pasado mes de marzo se hizo con el 33 % de los astilleros del grupo Rodman (Metalships & Docks, en Vigo y Rodman Lusitania, en Portugal), ha lanzado una oferta para hacerse también con el astillero vigués Hijos de J. Barreras, en este caso con el cien por cien.
El grupo inversor que preside el chino Sam Pa negocia por separado con los tres accionistas. El principal, la petrolera Pemex, que controla el 51 % del astillero, quiere vender. Así lo aseguran fuentes directas de las conversaciones formales que se vienen manteniendo desde hace semanas, y que dan por cerrado ya un preacuerdo con la parte mexicana.
Otro de los accionistas, Ignacio Latxaga, propietario del 24,5 ?% de Barreras y de la naviera Albacora, también habría aceptado la oferta o, al menos, se habría manifestado a favor de la venta, según las mismas fuentes. Y el tercer accionista es el presidente de Barreras, José García Costas (con el 24,5 % restante) estaría en desacuerdo con la oferta económica, aunque predispuesto a deshacerse de su parte si fructifican las negociaciones que se mantienen abiertas.
Una venta a la baja
La suma de la operación no ha trascendido, aunque distintas fuentes coinciden en que se situará en cifras no muy elevadas. Hay que recordar que Pemex adquirió el 51 % de Barreras por 5 millones de euros en noviembre del 2013, cuando el astillero acababa de superar el concurso de acreedores y su cartera de pedidos se encontraba vacía.
La compra llegó acompañada de la adjudicación de uno de los dos floteles que se están construyendo en Galicia para su filial PMI (la otra unidad fue adjudicada a Navantia Ferrol), y de varios contratos más que no han llegado a construirse.
A requerimiento de este periódico, la petrolera que dirige Emilio Lozoya se ha limitado a afirmar que no hay información al respecto. Tampoco desmiente noticias publicadas en distintos medios mexicanos avanzando la intención de Pemex de deshacerse de su participación en Barreras, una inversión que califican de «fiasco» y que comparan con su salida de Repsol.
Fuentes del sector naval mexicano aseguran que «Pemex ha frenado la construcción de su propio astillero en México, presupuestado en 400 millones de dólares, por motivos económicos». Y añaden que los recortes obligados por una situación de crac (acumula pérdidas por valor de 11.000 millones de dólares solo en la primera mitad del 2015, un 62 % más que el año pasado) obligan a la compañía a desprenderse de activos, entre ellos los dos floteles antes de la entrega, prevista para verano del 2016.
A partir de esa fecha, el astillero Barreras se quedaría sin carga de trabajo, ya que aunque tiene varios contratos de buques firmados, la factoría no ha conseguido todavía que ninguno de ellos entre en vigor.
El grupo inversor que preside el chino Sam Pa negocia por separado con los tres accionistas. El principal, la petrolera Pemex, que controla el 51 % del astillero, quiere vender. Así lo aseguran fuentes directas de las conversaciones formales que se vienen manteniendo desde hace semanas, y que dan por cerrado ya un preacuerdo con la parte mexicana.
Otro de los accionistas, Ignacio Latxaga, propietario del 24,5 ?% de Barreras y de la naviera Albacora, también habría aceptado la oferta o, al menos, se habría manifestado a favor de la venta, según las mismas fuentes. Y el tercer accionista es el presidente de Barreras, José García Costas (con el 24,5 % restante) estaría en desacuerdo con la oferta económica, aunque predispuesto a deshacerse de su parte si fructifican las negociaciones que se mantienen abiertas.
Una venta a la baja
La suma de la operación no ha trascendido, aunque distintas fuentes coinciden en que se situará en cifras no muy elevadas. Hay que recordar que Pemex adquirió el 51 % de Barreras por 5 millones de euros en noviembre del 2013, cuando el astillero acababa de superar el concurso de acreedores y su cartera de pedidos se encontraba vacía.
La compra llegó acompañada de la adjudicación de uno de los dos floteles que se están construyendo en Galicia para su filial PMI (la otra unidad fue adjudicada a Navantia Ferrol), y de varios contratos más que no han llegado a construirse.
A requerimiento de este periódico, la petrolera que dirige Emilio Lozoya se ha limitado a afirmar que no hay información al respecto. Tampoco desmiente noticias publicadas en distintos medios mexicanos avanzando la intención de Pemex de deshacerse de su participación en Barreras, una inversión que califican de «fiasco» y que comparan con su salida de Repsol.
Fuentes del sector naval mexicano aseguran que «Pemex ha frenado la construcción de su propio astillero en México, presupuestado en 400 millones de dólares, por motivos económicos». Y añaden que los recortes obligados por una situación de crac (acumula pérdidas por valor de 11.000 millones de dólares solo en la primera mitad del 2015, un 62 % más que el año pasado) obligan a la compañía a desprenderse de activos, entre ellos los dos floteles antes de la entrega, prevista para verano del 2016.
A partir de esa fecha, el astillero Barreras se quedaría sin carga de trabajo, ya que aunque tiene varios contratos de buques firmados, la factoría no ha conseguido todavía que ninguno de ellos entre en vigor.
Segunda gran operación de Sam Pa en el naval vigués en menos de un año
Todo comenzó en septiembre del 2014, cuando la petrolera de capital chino y angoleño China Sonangol acordó con la compañía que preside el empresario gallego Manuel Rodríguez un pedido de 50 pequeños barcos para Angola: 40 lanchas patrulleras (de la categoría R-33 XI) y 10 catamaranes para 350 pasajeros (Rodman solamente ha construido este tipo de barcos en fibra para un máximo de 250 viajeros). El coste del multipedido, parte del cual ya ha sido entregado, ascendió a 25 millones.
Tras una sucesión de desmentidos por parte de la empresa que preside Manuel Rodríguez, en mayo de este año Sam Pa consumó la entrada directa en el accionariado de Metalships y Rodman Lusitania (el 33 %, respectivamente, según Rodman) por una suma que nunca ha trascendido oficialmente, y que algunas fuentes situaron en torno a los 80 millones de euros.
Objetivo inversor
Un mes más tarde, la cartera de pedidos de Rodman Polyships (la filial de barcos de poliéster en la que, curiosamente, no participa China Sonangol) recibía un nuevo pedido de Sam Pa: 40 patrulleras más. En este tiempo, el enigmático inversor asiático ha visitado todos los astilleros de la ría de Vigo, según confirman varias fuentes del sector.
El inicio de las conversaciones con Pemex para la compra de Barreras se remonta a varios meses, aunque no habrían adquirido un carácter formal hasta hace unas semanas. ¿Y para qué quiere un hombre como Sam Pa otro astillero? Fuentes del sector hablan de que su interés es básicamente inversor.
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