Indonesia incauta barco con carga pescada por esclavos
Un enorme barco congelador que se cree que transportaba una carga pescada por esclavos fue incautado por la Marina de Indonesia y llevado a puerto el jueves, luego de que una información de The Associated Press alertara a las autoridades de su presencia en aguas del país, informó la ministra indonesia de Pesca.
El barco Silver Sea 2, de propiedad tailandesa, fue localizado el miércoles por la noche y escoltado unos 130 kilómetros (80 millas) hasta una base naval en Sabang, en las islas del noroeste del archipiélago, dijo el coronel Sujatmiko, jefe regional de la Marina.
La AP utilizó la señal por satélite de una baliza para rastrear su recorrido desde aguas de Papúa Nueva Guinea, donde fue avistado, hasta la vecina Indonesia. La Marina pasó entonces una semana intentando atrapar el carguero.
"Estoy sobrepasada por la felicidad", dijo la ministra de Pesca Susi Pudjiastuti. "Era casi imposible, pero lo hicimos".
Se trata del mismo barco de 2.285 toneladas capturado por una foto de satélite de alta resolución en Papúa Nueva Guinea mostrando sus bodegas abiertas y a dos barcos de pesca a cada lado descargando sus capturas. Los navíos de madera más pequeños fueron identificados como los que huyeron de una remota isla de Indonesia a principio de año, cuyas tripulaciones están formadas por hombres pobres esclavizados procedentes del sudeste asiático que recibían palizas rutinarias y estaban obligados a trabajar casi sin descanso por un sueldo escaso o inexistente.
Una investigación de la AP relevó que las capturas llegan a las cadenas de suministro de algunos de los supermercados y empresas de alimentación más importantes de Estados Unidos.
Pudjiastuti liberó a cientos de hombres a principios de año cuando una investigación publicada por la AP expuso su situación: atrapados — algunos incluso en una jaula — en la isla de Benjina, pero 34 barcos cargados con esclavos escaparon antes de la llegada de las autoridades. Siguen desaparecidos.
La ministra, que impuso una moratoria sobre toda la pesca en el extranjero el año pasado, dijo que el capitán del Silver Sea 2 será interrogado y se llevará a cabo una investigación por presunto tráfico de personas, transporte de pescado capturado ilegalmente y descargas en alta mar, una práctica que permite que los esclavos trabajen durante meses sin necesidad de regresar a puerto, lo que facilita que los capitanes puedan explotarlos.
"La acción de Indonesia aquí es significativa porque demuestra un compromiso para hacer justicia sobre las acciones de los buques dentro de sus aguas, con independencia de si pescan ilegalmente o trafican con trabajadores", dijo Tobías Aguirre, director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Fishwise, con sede en California y que aboga por una pesca sostenible, libre de esclavitud.
Autoridades en Papúa Nueva Guinea también habían estado buscando el barco. En su lugar detuvieron a otro buque de pesca tailandés, el Blissful Reefer, hace dos semanas. A bordo del carguero se encontraron dos víctimas de trata de personas de Mianmar y seis de Camboya.
Trabajadores que recientemente regresaron a sus casas en Myanmar tras haber trabajado como esclavos en uno de los pesqueros que huyeron a Papúa Nueva Guinea dijeron que solían descargar sus capturas en las naves de Silver Sea, que trasladan la pesca de vuelta a Tailandia, donde es procesada y alimenta el negocio nacional de la exportación de pescado, que mueve 7.000 millones de dólares anuales.
La industria depende del trabajo de operarios pobres del propio país y de migrantes de Mianmar, Camboya y Laos que suelen ser vendidos, secuestrados y engañados.
Silver Sea Reefer Co., que es propietaria de al menos nueve cargueros congeladores en Tailandia, dijo que no guarda relación con los pescadores.
El barco Silver Sea 2, de propiedad tailandesa, fue localizado el miércoles por la noche y escoltado unos 130 kilómetros (80 millas) hasta una base naval en Sabang, en las islas del noroeste del archipiélago, dijo el coronel Sujatmiko, jefe regional de la Marina.
La AP utilizó la señal por satélite de una baliza para rastrear su recorrido desde aguas de Papúa Nueva Guinea, donde fue avistado, hasta la vecina Indonesia. La Marina pasó entonces una semana intentando atrapar el carguero.
"Estoy sobrepasada por la felicidad", dijo la ministra de Pesca Susi Pudjiastuti. "Era casi imposible, pero lo hicimos".
Se trata del mismo barco de 2.285 toneladas capturado por una foto de satélite de alta resolución en Papúa Nueva Guinea mostrando sus bodegas abiertas y a dos barcos de pesca a cada lado descargando sus capturas. Los navíos de madera más pequeños fueron identificados como los que huyeron de una remota isla de Indonesia a principio de año, cuyas tripulaciones están formadas por hombres pobres esclavizados procedentes del sudeste asiático que recibían palizas rutinarias y estaban obligados a trabajar casi sin descanso por un sueldo escaso o inexistente.
Una investigación de la AP relevó que las capturas llegan a las cadenas de suministro de algunos de los supermercados y empresas de alimentación más importantes de Estados Unidos.
Pudjiastuti liberó a cientos de hombres a principios de año cuando una investigación publicada por la AP expuso su situación: atrapados — algunos incluso en una jaula — en la isla de Benjina, pero 34 barcos cargados con esclavos escaparon antes de la llegada de las autoridades. Siguen desaparecidos.
La ministra, que impuso una moratoria sobre toda la pesca en el extranjero el año pasado, dijo que el capitán del Silver Sea 2 será interrogado y se llevará a cabo una investigación por presunto tráfico de personas, transporte de pescado capturado ilegalmente y descargas en alta mar, una práctica que permite que los esclavos trabajen durante meses sin necesidad de regresar a puerto, lo que facilita que los capitanes puedan explotarlos.
"La acción de Indonesia aquí es significativa porque demuestra un compromiso para hacer justicia sobre las acciones de los buques dentro de sus aguas, con independencia de si pescan ilegalmente o trafican con trabajadores", dijo Tobías Aguirre, director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Fishwise, con sede en California y que aboga por una pesca sostenible, libre de esclavitud.
Autoridades en Papúa Nueva Guinea también habían estado buscando el barco. En su lugar detuvieron a otro buque de pesca tailandés, el Blissful Reefer, hace dos semanas. A bordo del carguero se encontraron dos víctimas de trata de personas de Mianmar y seis de Camboya.
Trabajadores que recientemente regresaron a sus casas en Myanmar tras haber trabajado como esclavos en uno de los pesqueros que huyeron a Papúa Nueva Guinea dijeron que solían descargar sus capturas en las naves de Silver Sea, que trasladan la pesca de vuelta a Tailandia, donde es procesada y alimenta el negocio nacional de la exportación de pescado, que mueve 7.000 millones de dólares anuales.
La industria depende del trabajo de operarios pobres del propio país y de migrantes de Mianmar, Camboya y Laos que suelen ser vendidos, secuestrados y engañados.
Silver Sea Reefer Co., que es propietaria de al menos nueve cargueros congeladores en Tailandia, dijo que no guarda relación con los pescadores.
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