viernes, 22 de julio de 2011

Luz al final del túnel (si es que se dan prisa...)


Montefibre pide a la Junta agilidad en los trámites para abrir una planta de fibra de carbono
Crearía 50 empleos directos y más de un centenar durante la ejecución de un proyecto al que destina 40 millones

Montefibre pisa el acelerador. La multinacional italiana, con una empresa en Miranda dedicada a la producción de fibras acrílicas y de poliéster para el sector textil, se ha embarcado en un ambicioso proyecto que generará más de un centenar de nuevos empleos durante la fase de ejecución y alrededor de 40 directos cuando inicie la actividad. Una planta centrada en la generación de fibra de carbono -muy utilizada en la aeronáutica y automovilística-, con la cobertura económica de la firma árabe SABIC, se ha convertido en un objetivo a corto plazo para el que los responsables locales quieren allanar al máximo el camino.

La dirección de Montefibre Hispania había mantenido ya varias reuniones con el alcalde Fernando Campo para informarle del proyecto. Ayer tuvo la última, a la que asistieron también miembros del comité de empresa. Ángel García Velázquez, director de fabrica, acudió posteriormente a un encuentro en Burgos con el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu. La clave del éxito está en conseguir agilizar al máximo toda la tramitación administrativa.

«La idea de la reunión con el delegado ha sido exponerle el proyecto en el que estamos pensando, el de la fibra de carbono, y trasladarle que resulta vital para nosotros que los permisos que tengamos que pedir, no se dilaten porque pueden ser un motivo de que, al final, esto no vaya adelante», explica García Velázquez.

El documento esencial es la Autorización Ambiental Integrada (AAI), una resolución que permite explotar la totalidad o parte de una instalación industrial en base a una serie de condiciones específicas. La Comunidad Autónoma tiene por ley la competencia para resolver. Y en este sentido, la tramitación de la solicitud podría verse espoleada por las actuales circunstancias económicas.

Porque el tiempo, aún cuando la financiación no estaría aún completada jugaría un papel fundamental. Fuentes consultadas por este periódico plantearon que la intención de la multinacional sería poder abrir en el último tramo de 2013. Que se consiga o no depende de numerosos factores. Uno importante es el cumplimiento del calendario constructivo. Porque la factoría, que se edificaría en terrenos de la propia fábrica, requiere, al menos, un periodo de año y medio de obras. La inversión rondará los 40 millones de euros; una cifra alta en la que tiene mucho que ver la incorporación de nuevos sistemas productivos «muy avanzados».

Un ERE de seis meses
Montefibre Hispania cuenta en estos momentos con 290 trabajadores. Se trata, por tanto, de una de las factorías más grandes de la ciudad. Recientemente la Oficina Territorial de Trabajo autorizó un Expediente de Regulación de Empleo con un periodo de vigencia de seis meses en el que una media de 15 a 17 trabajadores se van rotando durante periodos de diez días. El ERE se justificó en problemas de financiación por parte de la empresa para adquirir la materia prima; «no por que no tuviesen una ventana de mercado». En el momento en que se disponga de una línea de dinero para la adquisición «del ácido nitrilo se pondrían en marcha todas las máquinas».

El alcalde, trabajador en excedencia de la planta, no dudó en resaltar la importancia del proyecto en el que se ha embarcado la multinacional. De cristalizar, consolidaría la presencia de una de las industrias veteranas de Miranda, integrada en un grupo Montefibre s.p.a que, además, se autodefine como «uno de los mayores productores europeos de fibra acrílica».

El proyecto ha sido explicado tanto a la administración local como a la regional «porque se busca agilizar el proceso administrativo» al máximo, reiteró Campo. La perspectiva de desarrollo de la nueva planta, además de ser una garantía de continuidad para la empresa -con la producción de fibra de carbono aumentaría la actividad en áreas importantes de la actual sectorización de tareas, como la de servicios-, reforzaría el entorno industrial de la carretera de Logroño y más en una ciudad que alcanza hoy los 3.500 desempleados.

Mursolar y la papelera
El impacto en esta última variable podría ser aún mayor si sale adelante otra de las actuaciones de las que, hasta ahora, los responsables políticos regionales sólo hacían referencias genéricas. Es más, podría llegar a tener un desarrollo casi simultáneo. Hasta el punto de que la ejecución -cumpliéndose el calendario- arrancaría durante el primer trimestre del próximo año. EL CORREO ya reveló en enero que la sociedad Mursolar se perfilaba como potencial revitalizadora de los terrenos de Rottneros. Llegaba con un proyecto radicalmente distinto al de la pasta de papel. Y lo hacía de manera oficial, incorporándose a la lista de empresas que solicitaban la cobertura del Plan Reindus 2011 específico para el entorno de Garoña. Proponía una planta para la producción energía eléctrica a partir de biomasa de 30 megavatios con una inversión superior a los 22 millones de euros. En aquella lista Mursolar, con otra sociedad, apostaba también por la producción de biocombustibles. 18 millones más. Ambas quedaron fuera del reparto, algo que hizo temer por su retirada.

Pero no ha sido así. La administración concursal surgida de la quiebra -con el consiguiente expediente de extinción- de Rottneros Miranda, ha alcanzado un acuerdo con esta sociedad que, en enero, aún se encontraba en proceso de constitución. El compromiso le permitiría adquirir una mínima parte de los casi dos millones de metros cuadrados en los que extiende la propiedad de la antigua papelera. Se comprarían en torno a 60.000 metros cuadrados, aunque la industria ocuparía una superficie real de alrededor de 25.000. Librarían las áreas del yacimiento de la antigua ciudad de Deobriga y las balsas contaminadas que existen en la zona posterior de los terrenos.

En este caso, la construcción de la nueva industria también requeriría entre «año y medio y dos años» -de ahí la posible coincidencia con los trabajos que se realizarían a escasos metros, en Montefibre Hispania-. Se hace referencia también a «cientos de personas» participando en las distintas etapas que se planteen de esa primera fase y de alrededor de medio centenar de empleos fijos en nómina una vez que entre en funcionamiento. Aunque la cifra se vería «incrementada de forma notable en otras actividades como la del transporte, con un movimiento continuo de camiones». Campo ha mantenido ya una reunión con los responsables de la promotora -a la que no identifica-.

Sí subraya que el escenario que se dibujaría en el arranque de 2012, «una vez se cumplan todos los procedimientos administrativos, es muy positivo porque se podrían estar ejecutando los dos proyectos, la fábrica de fibra de carbono y la de biomasa. Sólo en la construcción a lo mejor tenemos a 500 personas trabajando», apostilló.
Fuente: el correo

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