martes, 6 de agosto de 2013

Asesinos

Tripulantes de un barco presos por lanzar a cuatro polizones en alta mar
Cuatro marineros rumanos y filipinos y el capitán de un buque detenidos en Rosario acusados del homicidio de viajeros ilegales. Uno de los apuntados por el incidente se ahogó en el Paraná.

Miembros de la tripulación de un barco de carga fueron acusados de haber arrojado al mar a cuatro polizones congoleños que supuestamente viajaban en la nave cuyo destino era el puerto de Arroyo Seco. La presentación fue realizada por la empresa naviera responsable de la embarcación y una semana atrás el juez federal Nº 3 de Rosario, Carlos Vera Barros, tomó declaraciones testimoniales a los marineros. Luego de escuchar los testimonios quedaron detenidos el capitán y cuatro tripulantes.

En este contexto, la Justicia federal también investiga otro suceso vinculado con el barco. Es que el jueves pasado apareció ahogado en el río Paraná uno de los marineros que estaba apuntado como uno de los responsables del incidente con los polizones y ahora deberá establecerse si se trató de un accidente o un homicidio.

Escondidos. A comienzos de la década pasada, y a medida que los puertos cerealeros del Gran Rosario incrementaban su actividad de ultramar, se fue tornando habitual la llegada a estas costas de polizones provenientes en su mayoría del Africa central. Jóvenes y adolescentes que aprovechaban las escalas de los barcos en puertos de Ghana, Congo, Sierra Leona o Costa del Marfil —al igual que en otros ubicados sobre el océano Indico— y se escondían sin permiso en pequeños compartimentos como, por ejemplo, la hélice del motor.

Sin conocer el destino de la nave, varios de los jóvenes que arribaron a los puertos santafesinos ubicados entre Arroyo Seco y Puerto General San Martín solicitaron refugio para quedarse en la Argentina, teniendo en cuenta que en muchos casos venían escapando de cruentas guerras en sus países de origen. No obstante, algunos aceptaban la deportación, tal vez con la idea de hacer un nuevo intento y emigrar hacia otro continente.

Así habrían llegado cuatro ciudadanos congoleños a esconderse en un barco de carga que había hecho escala en un puerto de ese país africano y que, al ser descubierto por la tripulación, habrían sido arrojados al océano Atlántico sin salvavidas.

El incidente fue denunciado por la empresa naviera responsable de la embarcación, con sede en las Islas de Marshall, un archipiélago asociado a los Estados Unidos y ubicado en Oceanía, entre Hawaii y Australia. "El dato sobre el incidente llegó a la firma naviera a través de un tripulante", explicó una fuente judicial.

Descubiertos. Según la denuncia, el barco RM Power, un carguero de unos 200 metros de eslora, zarpó en los primeros días de julio de Matadi, el principal puerto de la República Democrática del Congo. En esa terminal ubicada sobre el río Congo a 137 kilómetros del océano Atlántico, el RM Power dejó un cargamento y salió nuevamente.

El barco hizo una escala en el también congoleño puerto de Banana, ya en la costa atlántica, y continuó con destino al puerto de la empresa Dreyfus en Arroyo Seco, donde debía cargar cereales.

Allí arribó el pasado 2 de agosto y desde ese momento las autoridades de Prefectura Naval y de la Justicia Federal intervinieron en el caso.

En la presentación judicial se señaló que en Matadi siete polizones congoleños o de otra nacionalidad africana habían subido a la nave y se escondieron en el compartimento de la hélice. Sin embargo, durante la travesía fueron descubiertos por la tripulación y el capitán del barco, el rumano Robert Filip, decidió llevarlos de nuevo al Congo.

Sin embargo, cuando el buque retomó su viaje fueron descubiertos otros cuatro ciudadanos congoleños. En este caso, la decisión atribuida por fuentes judiciales al capitán fue drástica: decidió arrojarlos sin salvavidas a las aguas del oceáno Atlántico.

Quebrado. Días atrás los tripulantes del RM Power, de nacionalidades filipina y rumana, brindaron en inglés una declaración testimonial en la Fiscalía Nº 3 de Rosario a cargo de Mario Gambacorta. En ese marco uno de los testigos rumanos se desmoronó y contó lo que había ocurrido luego de un careo con otro marinero.

Luego de quebrarse, este tripulante pidió la baja y fue desvinculado de la tripulación. A partir de este testimonio, el capitán del barco y cuatro tripulantes quedaron detenidos imputados en forma preliminar de homicidio.

Ayer iban a ser indagados por el juez federal Nº 3 Carlos Vera Barros asistidos por la defensora oficial Rosana Gambacorta, pero la medida judicial se suspendió por la ausencia de un traductor (ver aparte).

Según fuentes judiciales, el responsable de la embarcación primero negó el hecho y después lo admitió en su declaración como testigo. "Como estas personas hablan inglés debimos buscar un traductor. Además vamos a tomar contacto con el consultado de Rumania en Rosario para ponerlos al tanto de esto", explicó el portavoz consultado.

Allanado. Pasado el mediodía de ayer, los tripulantes que no están acusados de la muerte de los polizones ampliaron su declaración testimonial en la Fiscalía Nº 3. A su vez, en el marco de la causa, el juez ordenó que se retuviera la documentación de los todos los ocupantes de la embarcación.

Además, por orden del magistrado se allanó el barco y se recogió ropa, restos de comida y de material fecal envuelta en una bolsa que presuntamente pertenecía a los polizones. Ahora se deberá analizar estas muestras para avanzar en la investigación. Ayer se realizó otro operativo, pero hasta el mediodía de ayer no se conocía el resultado.

Indagatoria aplazada por falta de traductor

La defensora oficial Nº 1 Rosana Gambacorta anunció que no representará a los tripulantes del barco RM Power por una “cuestión de decoro”.

“Como mi hermano (en alusión a Mario Gambacorta) es el fiscal del caso, considero que no corresponde que yo intervenga a pesar de que puedo hacerlo desde el punto de vista legal”, afirmó la funcionaria judicial a La Capital. Por lo tanto se deberá designar un nuevo defensor.

La defensora explicó que ayer no fueron indagados el capitán del barco y los cuatro tripulantes por dos razones. Por un lado, porque todavía los funcionarios judiciales intervinientes no habían conseguido un traductor del idioma inglés. “Los detenidos hablan inglés, pero yo no lo manejo en forma fluida”, indicó. La otra cuestión es que todavía se deben contactar con las embajadas o consulados de los países de donde son ciudadanos los marineros involucrados.

En tanto, los cuatro tripulantes y el capitán del barco que fueron detenidos quedaron alojados en diferentes dependencias de la Prefectura Naval, pero al cierre de esta edición todavía no habían sido imputados oficialmente del delito de homicidio.

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