lunes, 28 de mayo de 2012

Aniversario en un año nefasto

120 años de Barreras
Desde el éxito de sus primeros vapores «tipo Vigo», el histórico astillero de Beiramar afrontan ahora una situación dramática 

A veces, duele cumplir años. Y hay aniversarios difíciles. Como el que celebra el mayor astillero privado de España. Hace ahora 120 años, nacía en Areal, a la altura donde hoy está la calle Oporto, la empresa Viuda e Hijos de J. Barreras. Y, más de un siglo y 1.500 buques construidos después, la histórica industria atraviesa su mayor crisis, en concurso de acreedores, con 74 millones de deuda y al borde de la liquidación.
Pese a los tiempos difíciles, la historia de Barreras es, en conjunto, la de un gran éxito y la de un emblema de Vigo. Corría el año 1852 cuando una familia de empresarios catalanes, originarios de Blanes, en la Costa Brava, decide instalarse en Vigo. Llegaron desde A Pobra do Caramiñal, donde desde 1818 se dedicaban a la salazón y al comercio de cabotaje, llevando conservas al Mediterráneo y trayendo a Galicia vinos y aceites.

En principio, los Barreras abrieron una tienda de efectos navales. Más tarde, en 1864, iniciaron rutas comerciales con Cuba. Y, en 1871, adquirieron en Inglaterra un vapor de gran porte para llevar mercancía y pasajeros a La Habana. Lo llamaron Barreras Primero, al que siguieron nuevos barcos hasta consolidar una potente compañía.

En 1892, hace 120 años, la viuda de José Barreras, el primero en instalarse en Vigo, decide ampliar el negocio y funda, junto a sus dos hijos, los astilleros, que comienzan en Areal construyendo barcos de madera.

Vapores dragaminas 

Su primer gran éxito serán unos pequeños vapores, de 20 metros de eslora, que bautizarán como tipo Vigo. Su éxito fue tan grande que, durante la I Guerra Mundial entrarían en el conflicto. Los ingleses los adquieren de forma masiva para utilizarlos como dragaminas. Las ventas dejaron pingües beneficios a los Barreras, que decidieron ampliar sus instalaciones. En Coia encontraron en 1918 espacio para construir buques mayores, de acero y de hasta cinco mil toneladas.

En 1932 dejan el vapor y apuestan por el diésel. También alternan los barcos con maquinaria ferroviaria y grandes piezas para puentes y otras infraestructuras. En 1959, un pavoroso incendio destruye las oficinas y sus archivos. Barreras se reconstruye tras el incendio y continúa tocada por el éxito. Sus pesqueros de gran porte permiten faenar en lejanos caladeros. Los años 60 del pasado siglo, con una plantilla de casi dos mil trabajadores, son triunfales para Barreras, que fabrica los arrastreros y congeladores para la flota viguesa. Pero los problemas financieros llegarán en los 70, agravados por una costosa plataforma petrolífera construida para una petrolera de Texas. Durante años, fondeada en medio de la ría, se convertirá en parte del paisaje vigués. Y en el símbolo de que algo no va bien en Barreras. En 1976 los astilleros pasan al Instituto Nacional de Industria. La integración europea no favorece a los astilleros y las crisis se suceden. Los trabajadores han salen a la calle ante los intentos de cierre del sector naval.

Reprivatización 

Finalmente, en 1997, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) decide reprivatizar Barreras. Sus nuevos propietarios lo convierten en el mayor astillero privado de España. Además, se atreven con buques cada vez más grandes, hasta el ferry Volcán del Teide, botado en 2011 y el mayor construido nunca jamás en la ría de Vigo.

Pero, de forma sorpresiva, a comienzos del 2011 los astilleros Barreras pasan de repartir beneficios a reconocer una deuda de 74 millones de euros. La empresa entra en concurso de acreedores. Para colmo, la anulación de los beneficios fiscales llamados tax lease agravan la situación. Las gradas quedan vacías. Se baraja la liquidación de la empresa. La industria auxiliar, abrumada por las deudas, se ve castigada o abocada al cierre. Y en estas estamos en mayo de 2012, 120 años después de que un exitoso astillero naciera en el Areal de Vigo.

El cumpleaños no es feliz. Pero una industria que ha vivido tres monarquías, una regencia, una república y dos dictaduras hasta la democracia; que ha soportado la Guerra de Cuba, una civil y dos mundiales; que ha transitado de la era del vapor a la de la electrónica; que ha resistido 120 años... bien merecería poder cumplir muchos más.

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