martes, 25 de marzo de 2014

Un futuro sin nosotros

Los drones marítimos
El proyecto europeo MUNIN quiere que las grandes embarcaciones de carga naveguen de forma automática, y reducir así el número de accidentes en el mar

Un proyecto de investigación europeo quiere que los grandes barcos de carga del futuro naveguen solos, dirigidos por un piloto automático y una base de control en tierra, con el objetivo de reducir el número de accidentes en el mar. El proyecto MUNIN, que coordina la compañía británica de sistemas de propulsión y defensa Rolls Royce, pretende desarrolla la tecnología necesaria para convertirlo en realidad a partir de 2015.

Tres de cada cuatro accidentes marítimos, explican los responsables del proyecto, se deben a fallos humanos. Habitualmente, a causa de las duras condiciones de trabajo que impone este medio de transporte, que pueden mellar la capacidad de reacción de una tripulación. El proyecto MUNIN se basa en la premisa de que, gracias a las nuevas tecnologías, una embarcación puede navegar a cualquier hora, en casi cualquier condición meteorológica, con total seguridad.

Aunque las nuevas embarcaciones que surgiesen a partir de este proyecto podrían navegar ‘solas’, la legislación internacional prohíbe el uso de barcos no tripulados. Incluso estos deberían contar con un pequeño grupo de personas que pudiese hacerse cargo del mantenimiento básico y, llegado del caso, del control de la nave. Aun así, según Rolls Royce, esta tecnología permitiría reducir los costes en la industria del transporte marítimo.

Una de las tecnologías que considera el proyecto MUNIN, y la que está menos desarrollada de momento, es la de poder controlar las embarcaciones desde una ‘torre de control’ en tierra. «Una única persona podría monitorizar y maniobrar varios barcos. Además, como muchas personas de esta industria prefieren trabajar desde tierra, esto permitiría mantener puestos de trabajo. Además, es más seguro», aseguró Oskar Levander, presidente de innovación de Rolls Royce.

«Por un lado podría reducir la presión en el mercado laboral ya que permitiría, al menos de manera parcial, reducir la intensidad del trabajo de operar un barco», aseguró Levander. «Y por el otro, las tareas rutinarias estarían automatizadas por lo que los trabajos técnicos y de navegación se podrían trasladar a un centro de operaciones en tierra».

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