Tres meses de ferry
El 'Cap Finistere' se confirma como transporte de turistas motorizados y vehículos pesados en su travesía a Zierbena
James, Ashley y sus dos hijos llevan casi un mes viajando por Europa. Después de pasar tres semanas en Gran Bretaña, la familia Fox-Smith llegó ayer al puerto de Zierbena a bordo del 'Cap Finistere'. «Nos encanta viajar, y hacerlo en ferry ha sido una experiencia única», comentaban radiantes mientras presentaban sus pasaportes en el puesto de control. «El barco está muy bien preparado y cuenta con muchas actividades infantiles», apuntaban los Fox-Smith. Los cuatro integrantes de esta familia de Louisiana, Estados Unidos, fueron los únicos que bajaron a pie de la embarcación, que arribó al puerto vizcaíno a las seis de la tarde. «Normalmente viene muy poca gente sin vehículo», admitió uno de los oficiales de la aduana.
Tres meses parecen ser suficientes para constatar que el ferry de Zierbena poco tiene que ver con su antecesor. A diferencia del 'Pride of Bilbao', que llenaba de turistas extranjeros Santurtzi los días de salida y llegada del barco, el 'Cap Finistere' sólo 'escupe' vehículos cuando llega al puerto vecino. Tráilers, camiones, caravanas y coches hicieron cola durante la tarde para deslizarse por las rampas del navío en una rápida operación. Así, hasta que los casi 300 automóviles que llenaban la embarcación de Brittany Ferries tocaron tierra y se pusieron en marcha hacia sus destinos.
Directos a la autopista
A diferencia de los Fox-Smith, que pernoctaron anoche en Bilbao y pasarán después unos días en San Sebastián, muchos pasajeros del 'Cap Finistere' cogieron ayer la autopista rumbo a otros puntos de la geografía española para disfrutar de unas vacaciones de sol y playa. El matrimonio Walker, de la ciudad británica de Oxford, esperaba a que el ferry se vaciase para embarcar de vuelta a su casa. «Hemos estado de vacaciones en Tarragona y ayer -por el viernes- hicimos noche en Logroño», relataba la pareja, que llegó hace una semana a Bilbao con su coche para desplazarse directamente a la Costa Brava y se disponía a montar de nuevo en el barco con destino Inglaterra a las nueve de la noche. Los Walker llevan años utilizando el ferry para llegar a España, y mantienen fresco el recuerdo del 'Pride of Bilbao'. «Este barco está más nuevo y tiene más comodidades, pero Santurtzi ofrecía más facilidades para los recién llegados», señalaban. Para ellos, el municipio sardinero «tenía más ambiente» y aprovechaban las horas previas a la salida para «comprar o tomar algo».
A otros pasajeros no les preocupa tanto de dónde salga el barco. Los embarques y desembarques forman parte de su día a día como transportistas y están curtidos en «esto de los ferrys». Es el caso de Manuel, un marisquero gallego que navega hasta Irlanda todas las semanas en busca de delicias que llevarse a su tierra. «El barco está muy bien, pero la comida podría estar mejor», sugería divertido. José, tranportista de fruta, era su compañero de viaje anoche y coincidía en que «el navío tiene de todo», pero sí echaba en falta el ambiente de Santurtzi. «Ahora llegamos y directos para dentro», comentaba el camionero lucense.
Fuente: el correo
Tres meses parecen ser suficientes para constatar que el ferry de Zierbena poco tiene que ver con su antecesor. A diferencia del 'Pride of Bilbao', que llenaba de turistas extranjeros Santurtzi los días de salida y llegada del barco, el 'Cap Finistere' sólo 'escupe' vehículos cuando llega al puerto vecino. Tráilers, camiones, caravanas y coches hicieron cola durante la tarde para deslizarse por las rampas del navío en una rápida operación. Así, hasta que los casi 300 automóviles que llenaban la embarcación de Brittany Ferries tocaron tierra y se pusieron en marcha hacia sus destinos.
Directos a la autopista
A diferencia de los Fox-Smith, que pernoctaron anoche en Bilbao y pasarán después unos días en San Sebastián, muchos pasajeros del 'Cap Finistere' cogieron ayer la autopista rumbo a otros puntos de la geografía española para disfrutar de unas vacaciones de sol y playa. El matrimonio Walker, de la ciudad británica de Oxford, esperaba a que el ferry se vaciase para embarcar de vuelta a su casa. «Hemos estado de vacaciones en Tarragona y ayer -por el viernes- hicimos noche en Logroño», relataba la pareja, que llegó hace una semana a Bilbao con su coche para desplazarse directamente a la Costa Brava y se disponía a montar de nuevo en el barco con destino Inglaterra a las nueve de la noche. Los Walker llevan años utilizando el ferry para llegar a España, y mantienen fresco el recuerdo del 'Pride of Bilbao'. «Este barco está más nuevo y tiene más comodidades, pero Santurtzi ofrecía más facilidades para los recién llegados», señalaban. Para ellos, el municipio sardinero «tenía más ambiente» y aprovechaban las horas previas a la salida para «comprar o tomar algo».
A otros pasajeros no les preocupa tanto de dónde salga el barco. Los embarques y desembarques forman parte de su día a día como transportistas y están curtidos en «esto de los ferrys». Es el caso de Manuel, un marisquero gallego que navega hasta Irlanda todas las semanas en busca de delicias que llevarse a su tierra. «El barco está muy bien, pero la comida podría estar mejor», sugería divertido. José, tranportista de fruta, era su compañero de viaje anoche y coincidía en que «el navío tiene de todo», pero sí echaba en falta el ambiente de Santurtzi. «Ahora llegamos y directos para dentro», comentaba el camionero lucense.
Fuente: el correo
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