Seguridad y Riesgos de Terminales de GNL: lo que la Ciencia aún Desconoce
Un estudio elaborado por investigadores de varias
universidades italianas (Bologna, La Sapienza) y del Consorcio
Interuniversitario por la Protección de Riesgos Químicos Industriales
destaca los esfuerzos de varios organismos científicos destinados a
mejorar la gestión de riesgos emergentes vinculados a la operación de
plantas de regasificación de Gas Natural Licuado como la que opera desde
2008 en Bahía Blanca. En particular, el foco está puesto en elaborar
criterios y procedimientos para evaluar la seguridad de las terminales
regasificadoras, operen tanto en tierra como offshore. El estudio, en
idioma inglés, puede consultarse aquí.
Como resultado de esta búsqueda se ha redactado lo que se conoce como
“Libro Azul”, cuyo objetivo es sintetizar los hallazgos vinculados a la
seguridad de la operación de GNL.
Curiosamente, el artículo referido más arriba pone en
duda la creencia de que las maniobras con GNL tengan riesgos menores
debido a que los modelos empleados para simular escenarios peligrosos no
son suficientemente completos y necesitan todavía mayor estudio y
refinamiento. Los autores reconocen que las técnicas convencionales
actualmente utilizadas para identificar y cuantificar los riesgos de
este tipo de emprendimientos tienen vacíos y “zonas grises”. Ello
precisamente justificó por parte de la Unión Europea el destino de
fondos para ampliar el conocimiento y la predecibilidad de dichos
riesgos. A raíz de dicha iniciativa se ha difundido un listado de pasos
recomendados en cualquier evaluación de riesgos de proyectos de
regasificación y ausentes en el proyecto presentado por YPF-Enarsa para Puerto Cuatreros, entre ellos (Delvosalle y otros, 2006):
* análisis previo que identifique escenarios
incidentes potenciales atípicos y la elaboración de diagramas con bandas
de variación probable.
* listado de sustancias peligrosas presentes en la terminal
* definición de eventos críticos y construcción de árboles que incluyan la cadena de eventos y consecuencias posteriores y
* definición de barreras de seguridad y
reconsideración de las existentes (eventualmente una ampliación de la
distancia mínima de población estable respecto de las instalaciones de
regasificación.
Para ejemplificar la cadena de eventos posibles: fuga
de GNL a formación de piletón a intercambio rápido de calor (por
contacto con el agua) a transición de fase rápida a explosión.
Así un evento crítico (fuga) puede dar por resultado
un evento grave (explosión con consecuente radiación). Un aspecto
importante señalado por los autores con relación a la cadena
ejemplificada anteriormente es que los modelos que simulan la conexión
entre la fase de transición rápida y la explosión contienen un elevado
nivel de incertidumbre; se han propuesto muchos modelos que consideran
sólo una parte de los factores involucrados pero ninguno ha conseguido
modelar la totalidad de los parámetros involucrados. Esto se debe a que
un accidente puede seguir numerosas rutas difíciles de predecir. Como
consecuencia de esta incertidumbre, no es posible establecer la
distancia mínima para evitar compromisos serios con la población
cercana.
En suma, no hay certeza sobre la peligrosidad de
regasificar GNL para los trabajadores ni para la población circundante.
Este tipo de terminales ofrecen mayor seguridad que otras fuentes si se cumplen
ciertas condiciones y dependiendo de la dirección que tome la fuga; no
hay pruebas de que dichas condiciones se cumplan en cada situación
específica. Por ello, afirmar que la regasificación de GNL entraña
riesgos menores para la población y el medioambiente es, cuando mucho,
ligera.
Fuente: Sololocal.info
No hay comentarios:
Publicar un comentario