jueves, 8 de marzo de 2012

Petroleo canario

Repsol descarta las plataformas y usará barcos 
Los 2.000 metros de profundidad hacen que la empresa se decante por los buques FPSO, que mantienen una posición estable 

Los estudios realizados por Repsol en aguas canarias sitúan el petróleo a 2.067 metros de la superficie del mar. En una hipotética exploración, la compañía tendría que salvar los 930 metros de profundidad del agua en la zona y perforar más de un kilómetro el fondo marino hasta llegar al hidrocarburo. La distancia impide la utilización de plataformas petrolíferas, por lo que en las aguas del Archipiélago solo se podrían utilizar los barcos de posicionamiento dinámico, FPSO, siglas en inglés de Floating Production Storage Offloading.

Estos buques se encargan de recibir el crudo que se mantiene en la llamada roca almacén, que recibe ese nombre por ser en la que se deposita el crudo proveniente de la roca madre. Un FPSO viene a representar una inversión para las compañías de petróleo de cerca de 460 millones de euros. Repsol calcula que se podría construir en Canarias y que el 95% de esa inversión se quedaría por tanto en las Islas, unos 435 millones de euros.

A diferencia de las más conocidas plataformas petrolíferas, los FPSO no utilizan un ancla para fijar su posición, sino que un sistema de varios motores y sensores coordinados los mantienen absolutamente fijos en su posición a salvo del oleaje, las corrientes y el viento. En Brasil, donde las profundidades de los pozos son aún mayores, se utilizan con éxito desde hace varios años.

Las sondas de extracción penetran en el subsuelo marino y llegan hasta la bolsa de petróleo. Desde allí lo conducen hasta el fondo del mar, en el que se coloca el árbol de producción o christmas tree (árbol de navidad), según expresión de la ingeniería estadounidense.
El árbol de producción consiste en una serie de válvulas que, como bocas de riego, permite controlar la salida del petróleo a voluntad o impedirla totalmente si alguna circunstancia lo recomendase. Por ellas sale el petróleo a los manifolds, depósitos de mayor tamaño en los que vierten esos colectores de petróleo. De ahí, mediante un tubo de diámetro ancho, el hidrocarburo pasa directamente al barco FPSO.
La labor de estos buques de posicionamiento dinámico no termina ahí. Mediante complicados procesos químicos y físicos se separa el petróleo del gas y el agua del que habitualmente viene acompañado y reinyecta estas dos sustancias de nuevo al fondo marino.

Toda vez que es solo petróleo lo que queda almacenado, se acerca un tanquero (petrolero), que se engancha a una monoboya que, a modo de surtidor, le pasa el crudo captado por el FPSO. Para conocer el tamaño que debe tener el barco de posicionamiento dinámico, primero debe saberse de forma muy aproximada la cantidad de petróleo que se va a extraer. De ese modo, se podrá calcular la capacidad de almacenaje, que irá en función también de la capacidad y el número de los barcos tanqueros con que se cuente para llevar el crudo a las refinerías y el tiempo que tardan en regresar al campo de extracción para aliviar la carga del FPSO.

La importancia del árbol de navidad es vital en caso de retrasos de los tanqueros. Aunque no sea la situación deseable, siempre pueden cerrarse las válvulas cuando la capacidad de almacenaje del FPSO se rebase.

Importación

España importó el pasado año 52 millones de toneladas de crudo para satisfacer sus necesidades energéticas o, lo que es lo mismo, unos 32 millones de barriles de petróleo. Repsol prevé en su proyecto que tener éxito en la búsqueda de petróleo frente a las costas canarias supondría una drástica variación en esa factura importadora energética. En datos aproximados, significaría pasar a los 5,2 millones de toneladas de petróleo importado de otros países.

Durante los 20 años en que los pozos de aguas cercanas a Canarias estarían aportando crudo, la reducción de la factura energética española, siempre según cálculos de la propia petrolera, ascendería a 36.000 millones de euros. De esa cantidad es necesario descontar alrededor de 7.600 millones de euros, los necesarios para importar parte de los bienes y equipos necesarios para acometer la extracción de crudo en los términos previstos por la propia petrolera española. Es decir, la reducción neta del déficit se quedaría en el entorno de los 28.400 millones de euros.

Repsol calcula incluso cuál sería su aportación al Estado vía impuesto de sociedades, que grava con un 35% los beneficios obtenidos. Como prevé obtener 2.000 millones de euros anuales, a la caja de Hacienda irían a parar 700 millones de euros anuales.
Fuente: La opinión

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