El buque Elcano recorta sus viajes y evitará las grandes travesías
El barco de instrucción no realizará la vuelta al mundo que estaba programada para 2013 por la reducción de presupuesto de la Armada como medida de ahorro
Los nuevos planes de estudios de los cadetes de la Armada y las reformas practicadas en su interior han llevado al Juan Sebastián de Elcano a reducir en los últimos años sus travesías hasta quedar ajustadas a unos cuatro meses de navegación. El barco partió el pasado 1 de abril del puerto de Cádiz y regresará el próximo 26 de julio.
Se trata de uno de los cruceros más cortos de la historia naval del barco. Durante este viaje, el buque escuela ha tocado los puertos de Nueva York y Norfolk (Virginia) y participará a finales del mes que viene en la regata de Grandes Veleros organizada por la Sail Training International, entre los puertos de Saint Maló (Francia), Lisboa y Cádiz, coincidiendo este último con la finalización del crucero de instrucción y la celebración del Bicentenario. El año que viene estaba previsto que el barco diera la vuelta al mundo en conmemoración del 490 aniversario de la travesía que hizo el expedicionario que da nombre al buque escuela.
El barco ha dado diez veces la vuelta al mundo en su historia y tarda nueve meses. Sin embargo, los ajustes y los cambios en los planes de estudio de los guardiamarinas han llevado a reducir el tiempo de instrucción, que desde 2009 no superan los cinco meses.
Cruceros de cuatro meses
Esta información ha sido confirmada a LA VOZ por el propio Ministerio de Defensa. Se trata de una decisión adoptada en abril y anunciada en el Congreso de los Diputados durante la comparecencia del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), García Sánchez. En ella se hacía referencia a la reducción en 115 millones de euros de gasto corriente en bienes y servicios de la Armada; lo que significaba un recorte presupuestario del 18,3% con respecto a 2011. Esta situación, según consta en la transcripción de la comparecencia, impide llevar a cabo la vuelta al mundo programada, aunque se estudia un crucero de instrucción de cuatro meses. En 2010 el buque escuela navegó por Chile, mientras que en 2011 hizo la ruta a Estambul. Este año, además de Nueva York ha estado en La Habana.
El buque escuela Juan Sebastián de Elcano superó a primeros de año la profunda reforma que durante nueve meses se realizó en su sala de máquinas. La obra se desarrolló en el astillero de San Fernando y corrió a cargo de los técnicos de Navantia, encargados de esta compleja puesta a punto. El barco culminó en abril de 2011 su travesía número 82. Ese viaje duró solo cuatro meses y recorrió media docena de puertos europeos hasta atracar en el de San Petersburgo (Rusia). La vuelta a casa fue muy esperada por los ingenieros, ya que todo estaba preparado en La Isla para someter al buque a una minuciosa inspección y renovación de sus motores.
Navantia se encargó de los trabajos durante nueve meses. En este espacio de tiempo, las entrañas del Juan Sebastián de Elcano fueron desmontadas pieza a pieza, incluidos los camarotes de los oficiales, que se encontraban sobre la cámara de máquinas. Además, se procedió a la renovación completa tanto del cableado como de las tuberías. Esta operación interna obligó a la Armada a aplazar hasta abril la travesía que tradicionalmente iniciaba a primeros de enero. Esta misma situación ya se vivió en 2006, cuando el barco retrasó también su salida a marzo por obras.
La intervención practicada en 2005 fue la más importante de su historia. Ese año, el Juan Sebastián de Elcano sufrió una remodelación integral, que obligó a los ingenieros a dejar al descubierto el esqueleto de la embarcación, lo que sirvió para examinar el interior del casco. Esta inspección desveló las buenas condiciones en las que se encontraba una estructura hecha sólidamente a la antigua usanza. La inversión para modernizar el barco superó los 14 millones de euros y se aprovechó para mejorar la distribución y adaptar su interior a la incorporación de la tripulación femenina. La obra redujo el número de camas un 20% y ganó espacio para las zonas de aseo. Esta transformación permitió mejorar las condiciones de habitabilidad en el barco, ya que redujo en un cuarto la dotación, para pasar de sus 280 plazas iniciales a 215.
Operación estética
La segunda intervención de calado que sufrió el barco tuvo lugar hace dos años. Fue una operación estética. En 2009 pasó casi cuatro meses en el astillero para un 'lifting' en su mascarón de proa, encarnado por la diosa Minerva. El conocido imaginero malagueño Rafael Ruiz Liébana fue el encargado de restaurar el mascarón y durante su trabajo se encontró con bloques enteros sin tallar y de diferentes maderas. La figura que lleva la proa del barco representa a la diosa romana Minerva y porta a sus pies el escudo de España. Es la segunda copia del original que llevaba el navío en lo alto de su tajamar en 1927. El mascarón de proa luce ahora con toda su belleza. La imagen está bañada en oro de 24 quilates con el objetivo de resaltar y contrastar con el resto de la ornamentación.
Durante los cuatro meses de viaje, los 51 guardiamarinas dedican su tiempo a formase en varias disciplinas relacionadas con la Armada como Astronomía, Estratégica, Matemáticas y, sobre todo, la vida en la mar. Una de las estancias de mayor actividad es la que se reserva para ellos, la cual se divide en zona de estudios, que incluye un comedor, y los dormitorios, donde se reparten 55 camas en tres salas.
Fuente: La voz digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario