Los astilleros vascos apuestan por la tecnología
Se han especializado en barcos muy sofisticados y tecnológicos para competir con los asiáticos
CNN-La Naval botará en agosto un buque de 191 metros de eslora, el mayor del mundo en su sector
La alta tecnología y la especialización en buques que se hacen a medida de los armadores es la única arma que le queda a los astilleros vascos para seguir en el mercado y poder competir con los bajos precios de las grandes series asiáticas. Las cuatro grandes empresas del sector naval en Euskadi, CNN-La Naval, Zamakona, Murueta y Balenciaga son de las pocas del Estado que mantienen carga de trabajo en sus gradas. La Naval de Sestao está ultimando un barco fall pipe para cubrir los cables y tuberías en el lecho marino y se mantiene a la espera de poder obtener nuevos contratos, algo que este año 2012 solo han conseguido Astilleros Zamakona, con dos buques, y Murueta, con uno.
En 2011 los nuevos contratos a nivel mundial cayeron un 17 % pero la mayoría de los nuevos barcos se encargaron a astilleros asiáticos. Corea concentró una cuota de mercado del 43 % en las contrataciones del pasado año, seguido de China, cada día con más poderío naval, con el 27 % y Japón, el 13 %.
¿Dónde queda la industria naval europea? Europa occidental solo capta un 5,7 % de la cuota de mercado naval mundial y el Estado español, el 0,2 %. Es en este pequeño porcentaje donde se desenvuelve la construcción naval en Euskadi.
Los buques que se realizan en grandes series como los bulkcarriers, los portacontenedores y los petroleros se quedan en manos de los gigantescos astilleros de China, Corea y Japón con los que no se puede competir en precio ni en financiación porque hasta China tiene ya bancos con programas específicos para ayudar a la construcción naval.
Euskadi se ha distinguido en el diseño y construcción de buques especializados, del alto contenido tecnológico, que se elaboran en pequeñas series y con usos muy determinados, según recuerda Javier López de la Calle, del Foro Marítimo Vasco. Así, la empresa CNN-La Naval de Sestao está a punto de proceder a la botadura, el próximo 3 de agosto, del barco Joseph Plateau, de alto contenido tecnológico como es el fall pipe, para el armador Jan de Nul.
Este barco es el más grande del mundo de su categoría junto a su gemelo, el Simon Stevin, construido también por La Naval y entregado en 2010. Constituye un ejemplo de la capacidad tecnológica de los astilleros vascos. Diseñado con ayuda del sistema programado por la ingeniería vasca Sener, el barco cuya construcción comenzó en mayo de 2011 será entregado a mediados de 2013. El estricto cumplimiento de los plazos de entrega y la posibilidad de construir buques sofisticados originales hechos a medida son las armas de los astilleros vascos
La denominación fall pipe incluye a barcos de altas prestaciones tecnológicas, diseñados para cubrir en el lecho marino las zanjas en las que se han instalado cables submarinos o tuberías. Mientras unos buques abren zanjas en el lecho marino e instalan el cableado o la tubería en cuestión, los barcos como el que todavía se está concibiendo en La Naval se encargan de recubrir la zanja con cerca de tres metros de piedras para evitar que las corrientes desplacen las conexiones o para evitar que los anclajes de otros buques en superficie las rompan.
El problema es que buques como el Joseph Plateau, matriculado en ese gran puerto de tierra que se llama Luxemburgo, tiene que poder trabajar en lechos marinos situados hasta a 2.000 metros de profundidad. Para ello este buque casi único en el mercado tiene que ser capaz de ensamblar en sus bodegas una tubería de acero de hasta dos kilómetros de longitud mediante la conexión de piezas de 12 metros de largo y un metro de diámetro. Esta tubería es dirigida por un minisubmarino no tripulado por control remoto hasta situarse en el punto exacto de lecho marino donde está la zanja. Desde ahí va vertiendo, a través del tubo, miles de kilos de piedras para cubrir los cables submarinos situados en el lecho del mar mientras avanza lentamente, sin desviarse del recorrido previsto, que puede ser entre una isla y un continente por ejemplo.
Ello demanda un sistema de posicionamiento sumamente preciso que funciona automáticamente mediante tres GPS y que guía el barco. Para ello el buque dispone de un complejo sistema de propulsión, tanto longitudinal como transversalmente, que incluye cuatro hélices propulsoras giratorias y otras cuatro hélices auxiliares. Todo ello demanda más de 400 kilómetros de cables.
Fuente: deia
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