El Puerto inspeccionó más de 7.400 contenedores con alimentos en 2011
Tan solo diez containers fueron rechazados por llevar productos en mal estado, la mayoría por problemas en la cadena de frío
Como si de un embudo se tratara, una avalancha de productos procedentes de medio mundo confluyen en los muelles del Puerto de Bilbao. Por sus instalaciones pasa prácticamente todo lo imaginable: desde tejidos, herramientas, juguetes o gas, hasta alimentos. Para que ni un solo gramo de comida en mal estado se cuele por el territorio histórico, un grupo de trece profesionales compuesto por inspectores, veterinarios, ingenieros agrónomos y ayudantes vela para garantizar la calidad de los productos destinados al consumo. Son los miembros del Punto de Inspección Fronteriza (PIF) y constituyen el filtro que impide que ninguna impureza se cuele en la cadena alimentaria.
Con este objetivo, el año pasado inspeccionaron más de 7.400 contenedores con mercancía destinada al consumo humano. Los resultados tranquilizan bastante. Según Juan Luis Ezquerra, director del equipo del PIF en Santurtzi, de todos los precintos reconocidos, «tan solo una decena fueron rechazados». La mayor parte contenían alimentos en mal estado provocado por alguna avería en el sistema de refrigeración de los containers donde viajan los productos, aunque también se abrió algún que otro expediente por falsedad documental.
El trabajo de este equipo es complicado. No es fácil encontrar una aguja en un pajar. Para conseguirlo, cuentan con sus propias herramientas. La decisión de inspeccionar una u otra mercancía viene motivada por el país de origen y el tipo de alimento que transporta. Los procedentes de China, Ecuador, Perú, Vietnam, Tailandia e India son los que sufrieron mayores controles en 2011.
Ezquerra asegura que el PIF de Bilbao controla de forma física el 30% de los alimentos que llegan a las instalaciones, pero en casos puntuales, como en el de productos originarios de zonas con algún tipo de alerta sanitaria, esta cifra se eleva hasta el 50%. Los langostinos, el atún en aceite, las gambas, los espárragos, los pimientos y las alcachofas fueron los que más veces pasaron por el laboratorio durante la temporada pasada. Además, abrieron 159 contenedores con alimentos destinados al consumo animal.
Fuente: el correo
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