El sueño del 'carbón limpio' se sigue alejando con la quiebra de Peabody Energy
Peabody Energy, el mayor productor de carbón del sector privado mundial, se declaró en quiebra el pasado miércoles después de un largo descenso de precios y demanda de carbón en Estados Unidos. Cuando hablé con el CEO (ahora presidente ejecutivo) de Peabody Energy, Greg Boyce, hace dos años, detalló con entusiasmo las dos estrategias que llevarían a la empresa a alcanzar cotas más altas: enviar carbón a China y construir unas plantas "de carbón limpio".
El plan de Peabody Energy de exportar carbón a China mediante unas enormes terminales de carbón jamás se materializó, porque grupos medioambientales y gobiernos locales se opusieron a las terminales y el consumo del carbón en China ha caído drásticamente. La segunda jugada, llamada "carbón limpio", ha flaqueado porque capturar el dióxido de carbono de las chimeneas industriales de las plantas de carbón y enterrarlo a mucha profundidad bajo tierra ha resultado ser prohibitivo en términos de coste, especialmente en una era de gas natural barato.
Peabody Energy invirtió millones de dólares en tecnología de carbón limpio. Estableció un centro de investigación en la Universidad de Wyoming (EEUU) y financió proyectos de investigación en Estados Unidos y China. La empresa tampoco estaba sola: a pesar de los 13.000 millones de dólares (unos 11.600 millones de euros) invertidos a nivel mundial en I+D durante la última década, la captura de carbono aún añadiría entre un 30% y un 40% a los costes de la generación energética de las plantas de carbón, una causa perdida si tiene que competir con un gas natural tirado de precio.
Los proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CAC) que han conseguido dar el salto desde la mesa de dibujo generalmente han fracasado. El año pasado, el Departamento de Energía de Estados Unidos canceló la financiación del proyecto FutureGen, una planta energética a carbón con captura de carbono en Illinois que llevaba en desarrollo más de 12 años. Y el New York Times informó el mes pasado de que un esfuerzo similar en Canadá, el proyecto Boundary Dam, "ha estado plagado de múltiples paradas, se ha quedado muy corto de alcanzar su objetivo de emisiones y se enfrenta a un problema sin resolver de su tecnología central".
Aun así, el colapso de Peabody Energy no acabará completamente con los esfuerzos por limpiar el carbón, por muy desacertados que sean. Actualmente hay 14 proyectos de CAC en marcha (sólo uno de los cuales incluye la generación de energía), según el Instituto Global de Captura y Almacenamiento del Carbono, con otros ocho en proceso de construcción.
El plan de Peabody Energy de exportar carbón a China mediante unas enormes terminales de carbón jamás se materializó, porque grupos medioambientales y gobiernos locales se opusieron a las terminales y el consumo del carbón en China ha caído drásticamente. La segunda jugada, llamada "carbón limpio", ha flaqueado porque capturar el dióxido de carbono de las chimeneas industriales de las plantas de carbón y enterrarlo a mucha profundidad bajo tierra ha resultado ser prohibitivo en términos de coste, especialmente en una era de gas natural barato.
Peabody Energy invirtió millones de dólares en tecnología de carbón limpio. Estableció un centro de investigación en la Universidad de Wyoming (EEUU) y financió proyectos de investigación en Estados Unidos y China. La empresa tampoco estaba sola: a pesar de los 13.000 millones de dólares (unos 11.600 millones de euros) invertidos a nivel mundial en I+D durante la última década, la captura de carbono aún añadiría entre un 30% y un 40% a los costes de la generación energética de las plantas de carbón, una causa perdida si tiene que competir con un gas natural tirado de precio.
Los proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CAC) que han conseguido dar el salto desde la mesa de dibujo generalmente han fracasado. El año pasado, el Departamento de Energía de Estados Unidos canceló la financiación del proyecto FutureGen, una planta energética a carbón con captura de carbono en Illinois que llevaba en desarrollo más de 12 años. Y el New York Times informó el mes pasado de que un esfuerzo similar en Canadá, el proyecto Boundary Dam, "ha estado plagado de múltiples paradas, se ha quedado muy corto de alcanzar su objetivo de emisiones y se enfrenta a un problema sin resolver de su tecnología central".
Aun así, el colapso de Peabody Energy no acabará completamente con los esfuerzos por limpiar el carbón, por muy desacertados que sean. Actualmente hay 14 proyectos de CAC en marcha (sólo uno de los cuales incluye la generación de energía), según el Instituto Global de Captura y Almacenamiento del Carbono, con otros ocho en proceso de construcción.
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