Repsol crece en Alaska con 25 nuevos pozos
El consejo de administración de la petrolera estudia hoy el pago del dividendo, analiza la evolución de sus relaciones con Pemex y la ofensiva legal que está llevando a cabo para recibir la indemnización por YPF.
Repsol sigue apuntándose nuevos éxitos en las rondas petroleras. La compañía que preside Antonio Brufau llegará al consejo de administración de este próximo miércoles con una nueva victoria bajo el brazo. La petrolera ha logrado adjudicarse un total de 25 nuevos bloques de exploración en Alaska (Estados Unidos).
Según los datos a los que tuvo acceso elEconomista, la petrolera ha conseguido 24 bloques en la prolífica zona de North Slope y un bloque más en el Mar de Beaufort.
Con esta adjudicación, la empresa española se convierte en la petrolera que más bloques ha conseguido en esta ronda de adjudicaciones en Alaska y logra así un nuevo hito que presentar a sus inversores en el día del Upstream que prevé realizar el próximo mes de enero.
Alaska es un área especialmente prometedora para Repsol, que ya ha demostrado ser rica en petróleo y con un bajo riesgo exploratorio.
Con estos bloques, la compañía sigue aumentando su presencia en países de la OCDE. En Estados Unidos, Repsol ya desarrolla actividades de exploración y producción de hidrocarburos en el Golfo de México y en la zona del Missisipi.
El pasado mes de enero, la petrolera logró 30 nuevos bloques de exploración en la zona en los concursos abiertos por el departamento de recursos naturales de Alaska. Sin contar las actuales adjudicaciones, en North Slope, la compañía tiene 206 bloques; en el Mar de Beaufort tiene 71 y en Chukchi, un total de 93.
La petrolera que preside Antonio Brufau cerró el pasado año un acuerdo con las compañías "70 & 148, LLC" y "GMT Exploration LLC" para la exploración conjunta de los bloques que estas dos compañías tienen en el prolífico North Slope. La participación de Repsol en estos bloques será del 70%. Se trata de un conjunto de zonas ubicadas en las cercanías de grandes campos en producción, que ocupan cerca de 2.000 kilómetros cuadrados. Repsol destinará a la adquisición de esta participación a los socios, y a las actividades de exploración que se realizarán en varios ejercicios, al menos 768 millones de dólares.
Los dos socios de Repsol en el proyecto son dos compañías privadas dedicadas a la exploración petrolífera con sede en Denver (Colorado). Ambas empresas han trabajado conjuntamente en proyectos exploratorios en Alaska durante más de una década y constituyen uno de los consorcios con mayor presencia en ese Estado.
Para la petrolera, la actividad en esta zona no solo ahonda en su diversificación geográfica sino que equilibra la cartera de exploración con activos de bajo riesgo.
Alaska, junto a Canadá y el Golfo de México forman el eje sobre el que Repsol opera en Norteamérica como una de las regiones claves, sobre todo por la importancia que otorga a esta zona en su nuevo Plan Estratégico.
Dividendo de un euro
La petrolera aprobará tambien el miércoles, en su reunión del consejo de administración mensual, un dividendo de 1 euro por acción a través del mecanismo de scrip dividend.
La retribución al accionista se ha convertido en los últimos años en una cuestión muy mediática por las necesidades de capital de algunos de sus principales accionistas.
Tras el varapalo de YPF, la petrolera ha conseguido salvar los muebles y mantener una retribución razonable, al tiempo que cumplir con los deseos mostrados por el propio presidente del grupo, Antonio Brufau, cuando hace unos meses indicó que el pay out sería de entre el 40 y el 55%.
Para lograr hacer este pago y no perder su calificación crediticia, la petrolera ha puesto a la venta su negocio de GNL, lo que ha calmado a las agencias de rating para mantenerla dentro del grado de inversión.
Las expectativas de Repsol han mejorado en los últimos meses. Por ello, el grupo prevé amortizar su autocartera del 5% para dedicarlo al dividendo con el pago en acciones y también al canje de preferentes con el que busca dar liquidez a los titulares de las mismas.
Los directivos del grupo prevén llevar al consejo una propuesta que ofrezca un canje de las preferentes de la petrolera -que ascienden a 3.000 millones- a cambio de ofrecer la posibilidad de canjearlas por bonos a diez años y un porcentaje en acciones. Además, dedicarán el resto de su autocartera al dividendo también para reducir la dilución derivada de esta retribución.
Alianza con Pemex
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, viajó a México justo antes de la Cumbre Iberoamericana para participar en una conferencia y tratar de afianzar los lazos de unión con el Gobierno mexicano, después del choque que se produjo tras el pacto que el director de esta compañía, Juan José Suárez Coppel, firmó con el ya ex presidente de Sacyr, Luis del Rivero, con el objetivo de hacerse con el control de la compañía.
Prácticamente once meses después de la ruptura de aquel pacto, la española sondea ahora las posibilidades que tiene para reforzarse en el Golfo de México, una de sus zonas de mayor interés, en plena reforma energética del país.
Pemex busca una mayor exposición internacional para compensar su caída de la producción y, por ello, el nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto está dispuesto a abrir la empresa a la colaboración privada.
La compañía es, en estos momentos, el tercer mayor accionista de Repsol, con una participación del 9,5% y su consejero, Fluvio Ruiz, explicó en declaraciones a Reuters que "ha habido contactos formales en los últimos meses en varias áreas entre Repsol y Pemex ... soy optimista para una asociación más sólida entre los dos".
Miguel Martínez, director financiero de Repsol, indicó durante la última presentación de resultados que la compañía está " tratando de recuperar la relación que teníamos antes de agosto de 2011. Si usted recuerda, había, yo diría, un poco de confusión, y simplemente estamos volviendo al punto inicial, y compartir con ellos aquellas áreas en las que tenemos una situación de ganancia para ambos. Como por ejemplo, utilizando en nuestro sistema de refino, su crudo Maya. Yo diría que volver a lo básico" y las consecuencias parecen ya vislumbrarse porque México se ha convertido en septiembre en el mayor suministrador de petróleo a España. Lo que demuestra que las relaciones van viento en popa.
Sin embargo, persiste una incertidumbre en el camino. El 26 de enero en la alianza firmada en la que se limitaba la participación de Pemex al 10,5%, se abría también la posibilidad de bajar su participación en un 3,5% en Repsol para obtener fondos sin la necesidad de perder su representante en el consejo.
Pemex explicó a principios de octubre a la SEC que cuenta con 57 millones de acciones de Repsol adquiridas por el PMI Holdings, durante 2011 como "inversión disponibles para la venta " y reconoció que una caída sostenida en el valor razonable de estas acciones puede forzarles a reconocer un deterioro en sus cuentas. Además, la petrolera, al igual que Sacyr, está en el proceso de evaluación del impacto de la expropiación de las acciones de YPF a Repsol.
La petrolera se encuentra también dando pasos hacia adelante en su batalla judicial con YPF. Repsol aún no se ha decidido a iniciar el proceso de arbitraje internacional ante el Ciadi, pese a que tiene las manos libres desde el pasado 10 de noviembre y los documentos preparados para iniciar el proceso en cualquier momento.
Lo que sí que ha hecho, es presentar una demanda ante el Juzgado Mercantil contra la alianza firmada entre la petrolera estadounidense Chevron e YPF.
La compañía americana aseguró esta pasada semana que los tribunales españoles no tenían jurisdicción para analizar este caso, pero fuentes consultadas por elEconomista indicaron que en la motivación realizada por el juez se incluye una reflexión en la que se reconoce su potestad para analizar el asunto.
Entretanto, la compañía estadounidense tiene cuatro días para presentarse ante el juzgado de lo Mercantil, tal y como informó Bloomberg, ya que de lo contrario podría ser declarada en rebeldía y no atender su personación.
Fuentes jurídicas indicaron además que los acuerdos de protección de inversiones, así como la Carta de Energía reconocen la jurisdicción de los tribunales españoles en este tipo de disputas.
El juzgado de Nueva York tambien avanza en la demanda presentada contra Bank of New York Mellon.