Fainé y Brufau acuerdan la venta pactada del 30% que Repsol tiene en Gas Natural
Tras la tempestad, llegó la calma. Isidro Fainé y Antonio Brufau han echado ‘pelillos a la mar’ para resolver sus viejos antagonismos con una nueva y más fecunda etapa de colaboración profesional. El acuerdo se escenifica hoy en la junta general de la petrolera que bendecirá el armisticio con Argentina sobre el conflicto de YPF. Pero hay más, porque los bomberos no se pisan la manguera y, para acreditarlo, ambos dirigentes han previsto que el plan de venta de la participación que posee Repsol en Gas Natural Fenosa se condicione al visto bueno previo de La Caixa.
El plan estratégico de la petrolera contempla desde hace tiempo la desinversión del 30% que posee en la filial gasista, donde el grupo bancario catalán dispone de otro 35% que le otorga primacía en el mando y control de la compañía presidida por Salvador Gabarró. Repsol llegó a plantearse en algún momento no muy lejano la posibilidad de soltar amarras en Gas Natural sin encomendarse a nadie de La Caixa, lo que podría haber hecho un roto en la estructura de balance de la entidad financiera, aparte de obligar a Fainé a compartir nuevas relaciones societarias con algún inversor no deseado.
La tentación se ha desvanecido en las últimas semanas y por si había dudas ambas partes, Repsol y La Caixa, han acordado que la eventual transmisión de acciones de Gas Natural se lleve a cabo de manera pactada. En términos jurídicos, este compromiso otorga a la entidad financiera un especial derecho de veto sobre el posible comprador de la participación en venta. Incluso podría darse la circunstancia de que los equipos técnicos de La Caixa trabajasen en la búsqueda de inversores afines con los que reestructurar el accionariado de Gas Natural.
La enajenación del 30% de la empresa gasista en poder de Repsol es una operación que se contempla para antes del verano y se llevaría a cabo en tres paquetes del 10%. La Caixa prefiere diversificar la entrada de nuevos socios de referencia y de ahí el reparto en tres tercios: dos de ellos destinados a otros tantos fondos soberanos de inversión y el último vendido en bolsa a través de una colocación rápida de carácter institucional como la realizada hace un mes por el FROB con el 7,5% de Bankia.
Una vez consumada la salida de Repsol, no se descarta que también La Caixa ceda una pequeña participación, no superior al 5%, de Gas Natural Fenosa. El grupo financiero que encabeza Isidro Fainé mantendría en cualquier caso la posición de primer accionista que siempre ha inspirado su estrategia de desarrollo corporativo en la filial de gas y electricidad. Fue precisamente el propio Antonio Brufau quien definió en su día el papel soberano de la antigua caja de ahorros catalana sobre Gas Natural, por encima y con independencia de los intereses que pudiera tener Repsol, entonces presidida por Alfonso Cortina.
Pemex baila sola
El apretón de manos entre Fainé y Brufau supone también un importante respaldo para el equipo directivo de la petrolera que ha estado sometido en los últimos años a las presiones de otros socios de referencia como Sacyr y Pemex. En el caso de la constructora española las tensiones se disiparon automáticamente con la dimisión de Luis del Rivero, pero la multinacional mexicana ha seguido, erre que erre, desgastando la labor de Brufau.
Repsol ha tenido que salir al paso del enfrentamiento afeando la conducta de los ejecutivos de Pemex cuando estos han criticado abiertamente la gestión de Brufau. Al final, el contencioso se ha resuelto con un cambio estatutario que blinda la estructura de negocios de la petrolera española para evitar cualquier intento de asalto y al mismo tiempo refuerza los deberes de lealtad de los consejeros de Repsol como administradores de la compañía.
El representante de Pemex en la petrolera española, Arturo Henríquez, tiene todo el derecho a darse por aludido e incluso podrá testimoniar su voto en contra, pero una vez cumplimentado el trámite en la junta estará obligado como quien más a acatar la decisión mayoritaria de los accionistas de Repsol. Ni que decir tiene que todos estos cambios promovidos por Brufau cuentan, como no podía ser de otra manera, con el apoyo explícito de Fainé. La nueva entente cordiale empieza hoy a funcionar.