lunes, 8 de julio de 2013

Listos

Estados Unidos se prepara para abrir la llave del gas natural

En aumento han ido las señales de que EE.UU. se prepara para aumentar las exportaciones de gas natural, una decisión que podría tener impacto en los precios internacionales del combustible y hacer que éste llegue a Chile más barato que hoy.

El desarrollo de nuevas técnicas de explotación permitió que la producción de shale gas en EE.UU. se disparara a partir de 2005, haciendo caer los precios internos (Henry Hub) desde US$ 13 por millón de BTU en 2008 a unos US$ 4 por millón de BTU a la fecha, alimentando un renacimiento industrial y petroquímico. Los excedentes que van al exterior alcanzan precios de US$ 9 por millón de BTU en Europa y entre US$ 14 y US$ 15 por millón de BTU en Asia.

La idea de exportar abrió una intensa discusión entre quienes ven una oportunidad de equilibrar la balanza comercial estadounidense y quienes temen un alza en los precios internos que afecte a los consumidores y la industria. Las leyes locales establecen que los envíos de gas deben contar con una licencia federal y que el presidente de EE.UU. debe determinar que “son consistentes con el interés nacional”. Pero la intensidad de la discusión respecto de la posible pérdida de ventajas para la industria, si se vendía gas al exterior, paralizó el proceso. Tras entregar una licencia de exportación de gas natural licuado (GNL) a Cheniere Energy en mayo de 2011, el Departamento de Energía (DOE) decidió esperar un estudio de impacto económico, hecho por Nera Economic Consulting, antes de aprobar otra solicitud. El resultado, conocido en diciembre, apunta a que si bien los precios internos subirán cuando EE.UU. exporte gas, los probables beneficios económicos más que compensarán esa alza.

Hace un mes y medio la administración de Obama entregó las primeras señales respecto de este tema: en mayo se aprobó un permiso de exportación para Freeport LNG, el primero en dos años, y Obama declaró explícitamente que era probable que EE.UU. fuera un exportador neto de gas para 2020.

Eso reforzó las expectativas creadas el 24 de abril, cuando el entonces asesor de seguridad nacional, Tom Donilon, dijo que la bonanza energética daba a su país “una mano más fuerte en la búsqueda e implementación de nuestros objetivos de seguridad nacional”. En un discurso en la inauguración del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, Donilon manifestó que las autoridades estaban tomando conciencia del impacto geoestratégico de la mayor producción de petróleo y gas y aseveró que estaba constituyéndose en un elemento clave de su política exterior.

La mayor producción en EE.UU. podría romper el vínculo entre los precios del gas y del petróleo y “debilitar el control de los proveedores tradicionales de gas natural”, explicó Donilon, añadiendo que un mercado internacional competitivo es positivo para EE.UU. y sus socios.

Ahora los observadores esperan que se destrabe el proceso para las más de 20 solicitudes acumuladas en el DOE en estos últimos dos años.

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