La carga de trabajo de los astilleros gallegos está en mínimos históricos
Vascos y asturianos suman 43 pedidos este año, frente a Galicia con solo 7
El informe que trimestralmente elabora la Gerencia del Sector Naval, actualizado a octubre del 2014, sitúa al naval gallego a la cola de España (llegó a ser más del 50 %), con solo 7 pedidos firmados de un total de 50 que se reparten entre constructores vascos y asturianos. El Ministerio de Industria carece de registros que permitan constatar una cartera de pedidos más reducida que la que actualmente tienen los astilleros gallegos. Las estadísticas comienzan en el año 2000 y, desde entonces hasta ahora, nunca los astilleros gallegos habían tenido una carga de trabajo por debajo de los 10 buques en cartera.
En el primer cómputo, de enero del año 2000, la carga de trabajo contratada sumaba 15 unidades. Hasta el año 2006, en que comenzó el bum del naval, el volumen de contratación osciló entre los 12 y los 15 pedidos.
La actual es una situación extremadamente delicada. Fuentes veteranas en el sector gallego afirman que habría que remontarse a los duros años de la reconversión naval para encontrar un panorama tan desolador en las gradas de los astilleros gallegos. «En aquel momento, el enemigo era la UE, y de ahí el decreto de reconversión dictado por el Gobierno de Felipe González en 1982, que debía cumplirse antes de la entrada de España en la entonces Comunidad Económica Europea», recuerdan.
Ahora lo que falla es la contratación, porque en los tres primeros meses del año solo se han firmado 4 nuevos pedidos, frente a los 23 de otros astilleros del norte de España. Y de los cuatro, dos son los disputados floteles que Pemex adjudicó en enero a Navantia y Barreras.
Esta situación, inédita desde hace un decenio, tiene un impacto directo en el empleo. Según los datos de la patronal gallega del metal, Asime, el número de afiliados en alta laboral en el sector se sitúa en los 5.500 trabajadores, frente a los más de 10.000 que llegó a ocupar entre el 2006 y el 2011 (antes de la crisis del tax lease), solo en los astilleros privados.
El nuevo «tax lease» funciona
Los empresarios del sector culpan a la sanción impuesta por Bruselas al antiguo sistema de bonificaciones fiscales de la crisis que se ha instalado en los astilleros gallegos. Una crisis que, según dicen, no se supera porque el modelo de financiación que ha entrado a sustituir al anterior no consigue contratar barcos.
Pero el nuevo tax lease sí funciona. La herramienta fiscal, que permite abaratar el coste de construcción de un buque en España por la vía de bonificaciones a los inversores, ha conseguido hacerse con la construcción de 12 nuevos buques en estos primeros 9 meses del año, aunque ninguno de ellos tendrá como destino un astillero gallego. Ni la propia petrolera Pemex, propietaria de Hijos de J. Barreras, consigue cerrar dos de los cinco contratos anunciados para el astillero por las dificultades para articular la financiación a través de este sistema de bonificaciones, que abarataría el coste para el armador entre un 15 y un 21 %.
Pymar (Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión) dice que hay una decena de proyectos en fase final de licitación que suman más de medio millón de euros, pero no hay datos ciertos sobre cuantas de estas operaciones podrían cerrarse en Galicia.
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