Preocupación oficial por falta de gas en el invierno
El conflicto planteado con Respol por la expropiación de YPF y la mayores importaciones de combustible que tiene agendadas Brasil prometen complicar seriamente el abastecimiento interno de gas de los próximos meses.
En el ministerio de Planificación y en la estatal ENARSA ya se encendieron las luces de alerta por los 10 cargamentos de gas por barco que había sido adjudicados a Repsol a fines del año pasado y que ahora estarían por caerse.
La petrolera española tiene que empezar a entregar las cargas de GNL en la terminal regasificadora de Bahía Blanca a partir del 14 de mayo.
Si bien hasta ahora no bajó ninguna señal de Madrid, los funcionarios de Planificación temen que Repsol cancele a último momento el envío de los barcos que son clave para atender el mayor consumo residencial y morigerar los cortes a las industrias.
De los 10 barcos de GNL en juego, 7 corresponden al período crítico va desde fines de mayo hasta agosto.
Además, en los últimos días ENARSA se topó con otro problema. La japonesa Marubeni le comunicó que no podrá cumplir con el suministro de las dos cargas que había ganado para junio y agosto.
De esta manera, Bahía Bahía tendría un faltante de 13 a 15 barcos de GNL entre mayo y agosto, lo cual implica un promedio de 10 millones de metros cúbicos diarios de gas menos en el sistema.
Si no logra tapar ese bache con nuevas compras contrarreloj, al Gobierno no que le quedaría otra salida que aplicar, como mínimo, cortes de suministros diarios equivalentes al 8 % de la demanda invernal.
Otro problema no menor que enfrenta la administración kirchnerista son los precios crecientes que registran las entregas de GNL para el mercado del Atlántico Sur.
A fines de 2011, ENARSA había adjudicado los 10 cargamentos a Repsol que ahora están duda a un valor promedio de US$ 13,50 por millón de BTU . En la última licitación de hace dos semanas, la energética estatal solicitó ofertas para 8 cargas, pero sólo recibió propuestas para cubrir dos entregas.
Una de ellas fue contratada al grupo italiano ENI a 15,50 dólares y la otra, a la estadounidense Excelerate a 17,80 dólares por millón de BTU.
Ahora, además de la Argentina, el que también ha salido a importar GNL es Brasil.
A las 4 cargas que iba a comprar inicialmente para el período mayo-agosto, el gobierno brasileño agregó otros 12 cargamentos para alimentar las centrales térmicas que deberán cubrir la menor producción hidroeléctrica derivada de las sequías.
Las últimas compras para las regasificadoras de Río y Fortaleza se cerraron a US$ 17 por millón de BTU y todo indica que ese es el nuevo “valor piso” del GNL que deberán pagar la Argentina y Brasil para abastecerse de ese combustible en los próximo meses.
Fuente: Clarin
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