Los marinos aplauden la llegada de Rodríguez Valero a Marina Mercante
«Es un trabajador nato y muy competente», destacan ex compañeros del gijonés recién nombrado director general
Los compañeros de profesión de Rafael Rodríguez Valero recibieron como
una «sorpresa muy agradable» el nombramiento del gijonés como nuevo
director general de la Marina Mercante. Profesional muy competente,
hombre serio en su desempeño laboral y de buen trato humano. Son sólo
algunas de las cualidades que le atribuyen sus colegas de profesión.
Rodríguez Valero, gijonés de 1948, es doctor en Marina Civil por la Universidad de A Coruña y máster en Negocio Marítimo y Gestión Portuaria. Tras cinco años como oficial de máquinas y otro cinco como jefe de máquinas en buques de la Marina Mercante, ejerció como inspector de naviera y del Lloyd's Register of Shipping en nuevas construcciones de buques en astilleros, reparaciones, averías, evaluación de los presupuestos y costes económicos, servicios industriales, centrales nucleares, homologación y clasificación de procedimientos de soldadura y elaboración de planes y mantenimiento.
Rafael García Méndez, director de la Escuela Superior de Marina Civil de Gijón, fue uno de sus primeros compañeros a bordo hace 34 años. El actual director de la Marina Mercante ejercía entonces como jefe de máquinas en uno de los buques de la naviera gijonesa Santa Catalina y García Méndez, como segundo oficial. «Fue una época bastante agradable, no se ganaba mucho pero vivíamos cómodamente. Casi todos éramos asturianos», recuerda el director del centro, quien destaca las buenas relaciones que mantenían. «Era un hombre serio, pero de buen trato y, sobre todo, un profesional muy competente», recuerda su compañero de a bordo en 1977.
Las campañas, recuerda García Méndez, eran también «más fáciles», siempre en barcos pequeños con singladuras «no muy largas» en torno a los puertos de la cornisa cantábrica, y con salidas puntuales a Francia e Italia. «Alguna vez bajábamos a Casablanca a cargar fosfatos», rememora. De Rodríguez Valero destaca su compañero de a bordo la suerte que representa para los que ahora se encuentran trabajando en el plano académico. «Estamos seguros que realizará una muy buena labor en plena implantación de Bolonia. Es un trabajador nato y muy competente», afirma. Tras una breve etapa de distanciamiento al emprender uno y otro diferentes destinos profesionales, ambos volvieron a coincidir en la docencia. Rodríguez Valero era entonces director del departamento de Energía y Propulsión Marina de la Universidad de A Coruña y García Méndez se desplazó allí como director de una tesis. Hasta su nombramiento había ejercido como profesor titular en la Universidad de A Coruña en el área de Máquinas y Motores Térmicos.
Pero la Universidad no fue su último puerto. Antes de recalar en la comunidad gallega, Rodríguez Valero había ejercido como inspector de empresa pesquera, con responsabilidades en la explotación y funcionamiento de buques. Más tarde fue nombrado gerente de empresa mixta en Chile con responsabilidades en la gestión económica y empresarial.
Con él también coincidió, aunque en el plano de la enseñanza, el director del departamento de Maniobra y Navegación de la Escuela de Especialidades Fundamentales de La Graña (Ferrol), Luis Antonio García Martínez, también asturiano, quien juzga como «acertado» el salto profesional de Rodríguez Valero. García considera que dado su conocimiento del medio, tanto en la actividad y desempeño de sus funciones a bordo como en el área formativa, pueden hacer su tarea «más atractiva» para todas las personas vinculadas a la profesión de marinos.
Su nombramiento como director general de la Marina Mercante le convierte en el tercer asturiano que accede al cargo tras José Antonio Madiedo Acosta (1986-1989) y Rafael Lobeto Lobo (1989-1995).
Rodríguez Valero, gijonés de 1948, es doctor en Marina Civil por la Universidad de A Coruña y máster en Negocio Marítimo y Gestión Portuaria. Tras cinco años como oficial de máquinas y otro cinco como jefe de máquinas en buques de la Marina Mercante, ejerció como inspector de naviera y del Lloyd's Register of Shipping en nuevas construcciones de buques en astilleros, reparaciones, averías, evaluación de los presupuestos y costes económicos, servicios industriales, centrales nucleares, homologación y clasificación de procedimientos de soldadura y elaboración de planes y mantenimiento.
Rafael García Méndez, director de la Escuela Superior de Marina Civil de Gijón, fue uno de sus primeros compañeros a bordo hace 34 años. El actual director de la Marina Mercante ejercía entonces como jefe de máquinas en uno de los buques de la naviera gijonesa Santa Catalina y García Méndez, como segundo oficial. «Fue una época bastante agradable, no se ganaba mucho pero vivíamos cómodamente. Casi todos éramos asturianos», recuerda el director del centro, quien destaca las buenas relaciones que mantenían. «Era un hombre serio, pero de buen trato y, sobre todo, un profesional muy competente», recuerda su compañero de a bordo en 1977.
Las campañas, recuerda García Méndez, eran también «más fáciles», siempre en barcos pequeños con singladuras «no muy largas» en torno a los puertos de la cornisa cantábrica, y con salidas puntuales a Francia e Italia. «Alguna vez bajábamos a Casablanca a cargar fosfatos», rememora. De Rodríguez Valero destaca su compañero de a bordo la suerte que representa para los que ahora se encuentran trabajando en el plano académico. «Estamos seguros que realizará una muy buena labor en plena implantación de Bolonia. Es un trabajador nato y muy competente», afirma. Tras una breve etapa de distanciamiento al emprender uno y otro diferentes destinos profesionales, ambos volvieron a coincidir en la docencia. Rodríguez Valero era entonces director del departamento de Energía y Propulsión Marina de la Universidad de A Coruña y García Méndez se desplazó allí como director de una tesis. Hasta su nombramiento había ejercido como profesor titular en la Universidad de A Coruña en el área de Máquinas y Motores Térmicos.
Pero la Universidad no fue su último puerto. Antes de recalar en la comunidad gallega, Rodríguez Valero había ejercido como inspector de empresa pesquera, con responsabilidades en la explotación y funcionamiento de buques. Más tarde fue nombrado gerente de empresa mixta en Chile con responsabilidades en la gestión económica y empresarial.
Con él también coincidió, aunque en el plano de la enseñanza, el director del departamento de Maniobra y Navegación de la Escuela de Especialidades Fundamentales de La Graña (Ferrol), Luis Antonio García Martínez, también asturiano, quien juzga como «acertado» el salto profesional de Rodríguez Valero. García considera que dado su conocimiento del medio, tanto en la actividad y desempeño de sus funciones a bordo como en el área formativa, pueden hacer su tarea «más atractiva» para todas las personas vinculadas a la profesión de marinos.
Su nombramiento como director general de la Marina Mercante le convierte en el tercer asturiano que accede al cargo tras José Antonio Madiedo Acosta (1986-1989) y Rafael Lobeto Lobo (1989-1995).
Fuente: La nueva España
No hay comentarios:
Publicar un comentario