120 años de Barreras
Desde el éxito de sus primeros vapores «tipo Vigo», el histórico astillero de Beiramar afrontan ahora una situación dramática
A veces, duele cumplir años. Y hay aniversarios
difíciles. Como el que celebra el mayor astillero privado de España.
Hace ahora 120 años, nacía en Areal, a la altura donde hoy está la calle
Oporto, la empresa Viuda e Hijos de J. Barreras. Y, más de un siglo y
1.500 buques construidos después, la histórica industria atraviesa su
mayor crisis, en concurso de acreedores, con 74 millones de deuda y al
borde de la liquidación.
Pese a los tiempos difíciles, la historia de
Barreras es, en conjunto, la de un gran éxito y la de un emblema de
Vigo. Corría el año 1852 cuando una familia de empresarios catalanes,
originarios de Blanes, en la Costa Brava, decide instalarse en Vigo.
Llegaron desde A Pobra do Caramiñal, donde desde 1818 se dedicaban a la
salazón y al comercio de cabotaje, llevando conservas al Mediterráneo y
trayendo a Galicia vinos y aceites.
En principio, los Barreras abrieron una tienda de
efectos navales. Más tarde, en 1864, iniciaron rutas comerciales con
Cuba. Y, en 1871, adquirieron en Inglaterra un vapor de gran porte para
llevar mercancía y pasajeros a La Habana. Lo llamaron Barreras Primero,
al que siguieron nuevos barcos hasta consolidar una potente compañía.
En 1892, hace 120 años, la viuda de José
Barreras, el primero en instalarse en Vigo, decide ampliar el negocio y
funda, junto a sus dos hijos, los astilleros, que comienzan en Areal
construyendo barcos de madera.
Vapores dragaminas
Su primer gran éxito serán unos pequeños vapores,
de 20 metros de eslora, que bautizarán como tipo Vigo. Su éxito fue tan
grande que, durante la I Guerra Mundial entrarían en el conflicto. Los
ingleses los adquieren de forma masiva para utilizarlos como dragaminas.
Las ventas dejaron pingües beneficios a los Barreras, que decidieron
ampliar sus instalaciones. En Coia encontraron en 1918 espacio para
construir buques mayores, de acero y de hasta cinco mil toneladas.
En 1932 dejan el vapor y apuestan por el diésel.
También alternan los barcos con maquinaria ferroviaria y grandes piezas
para puentes y otras infraestructuras. En 1959, un pavoroso incendio
destruye las oficinas y sus archivos. Barreras se reconstruye tras el
incendio y continúa tocada por el éxito. Sus pesqueros de gran porte
permiten faenar en lejanos caladeros. Los años 60 del pasado siglo, con
una plantilla de casi dos mil trabajadores, son triunfales para
Barreras, que fabrica los arrastreros y congeladores para la flota
viguesa. Pero los problemas financieros llegarán en los 70, agravados
por una costosa plataforma petrolífera construida para una petrolera de
Texas. Durante años, fondeada en medio de la ría, se convertirá en parte
del paisaje vigués. Y en el símbolo de que algo no va bien en Barreras.
En 1976 los astilleros pasan al Instituto Nacional de Industria. La
integración europea no favorece a los astilleros y las crisis se
suceden. Los trabajadores han salen a la calle ante los intentos de
cierre del sector naval.
Reprivatización
Finalmente, en 1997, la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales (SEPI) decide reprivatizar Barreras. Sus
nuevos propietarios lo convierten en el mayor astillero privado de
España. Además, se atreven con buques cada vez más grandes, hasta el
ferry Volcán del Teide, botado en 2011 y el mayor construido nunca jamás
en la ría de Vigo.
Pero, de forma sorpresiva, a comienzos del 2011
los astilleros Barreras pasan de repartir beneficios a reconocer una
deuda de 74 millones de euros. La empresa entra en concurso de
acreedores. Para colmo, la anulación de los beneficios fiscales llamados
tax lease agravan la situación. Las gradas quedan vacías. Se baraja la
liquidación de la empresa. La industria auxiliar, abrumada por las
deudas, se ve castigada o abocada al cierre. Y en estas estamos en mayo
de 2012, 120 años después de que un exitoso astillero naciera en el
Areal de Vigo.
El cumpleaños no es feliz. Pero una industria que
ha vivido tres monarquías, una regencia, una república y dos dictaduras
hasta la democracia; que ha soportado la Guerra de Cuba, una civil y
dos mundiales; que ha transitado de la era del vapor a la de la
electrónica; que ha resistido 120 años... bien merecería poder cumplir
muchos más.
Fuente: Voz de Galicia
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