Orión anima a disfrutar de la lluvia de estrellas el sábado en La Picota
La luna en fase menguante y las previsiones de buen tiempo favorecen la visión de las Perseidas
Solo hay que elegir un sitio cómodo para tumbarse, mejor si es con orientación noreste y mirar al cielo como si de una gran pantalla panorámica se tratara para contemplar el espectáculo de la lluvia de estrellas. El mejor momento para hacerlo el sábado entre las 22.15 horas, una vez que ha añochecido, y las 2.45, cuando está previsto que salga la luna. En ese tiempo «se podrán ver entre 60 y 90 meteoros por hora, siempre y cuando se den las mejores condiciones y haya un cielo muy oscuro», apuntó Javier Martín, presidente de la Asociación Astronómica Orión.
Lo importante es disfrutar de una actividad diferente y gratuita durante una noche del verano. El objetivo no es más pretencioso, aunque no estaría mal que sirviera para atraer a algunos de los asistentes hacia el mundo de la astronomía, las estrellas y los planetas.
Además, no hay que olvidar que para observar este tipo de fenómeno no es necesario contar con ningún tipo de telescopio o dispositivo. Todo lo contrario, ya que un instrumento óptico delimitaría el campo de visión. Solo hay que buscar un punto desde el que se observe una buena porción de cielo y para ello la asociación anima a los mirandeses a reunirse, como otros años, en el cerro de La Picota.
Ya que en 2011 la luna y un cielo completamente cubierto impidieron ver su paso en Miranda, este año se prevé bueno para observar las Perseidas, porque sucederán cuando el satélite esté en fase menguante. «El máximo de la lluvia está previsto el 12 de agosto entre las 12 y 14:30 (Tiempo Universal), y por tanto, el mejor momento para observar las Perseidas será la noche del 11 al 12 de agosto. La noche anterior y la posterior también serán buenas», valoró Martín.
El efecto de una estrella fugaz dura apenas unos segundos, por lo que además de estar atentos, la asociación recuerda que hay que tener listo el saco de deseos, que eso es algo que no pone Orión.
«Esto es algo que sucede a varios kilómetros de altura sobre nuestras cabezas, por el rastro de polvo que dejó el cometa Swift-Tuttle, que tiene un período de 130 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992», explicó. Esa órbita está llena de partículas pequeñas (como granos de arena o menores de tamaño) que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando una ellas, entra en la atmósfera terrestre, la fricción la calienta de tal manera que se vaporiza a gran altura. Durante unos segundos, la partícula brilla como si fuera una estrella. «Si tienes la posibilidad de observar 2 ó 3 buenos te deja un buen sabor de boca», zanjó.
Fuente: el correo
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