viernes, 3 de agosto de 2012

Ya llegó a casa

El barco que atravesó el Atlántico hasta Llanes a la deriva ya está en Estados Unidos
La empresa constructora ha recuperado el «Queen Bee», que recorrió 6.000 kilómetros en tres años, tras naufragar en Massachussets

El «Queen Bee» («Abeja Reina» en inglés), el barco que a mediados de enero apareció a la deriva en Llanes, ya está de vuelta en Estados Unidos. La empresa fabricante, «Regulator Marine», con sede en Carolina del Norte, reclamó la embarcación para estudiar cómo pudo mantenerse durante más de tres años a flote, cruzar 6.000 kilómetros a través del Atlántico y llegar de una sola pieza. El barco naufragó en agosto de 2008 frente a la isla de Nantucket, en Massachusetts, y su descubrimiento provocó una revolución mediática a ambos lados del océano.

Los fabricantes someterán ahora al barco a una exhaustiva revisión para conocer en qué estado se encuentra tras su largo viaje sin tripulación. Cuando los servicios asturianos de Salvamento Marítimo lo encontraron a 20 millas de la costa llanisca, el «Abeja Reina» aún guardaba dentro un kit de primeros auxilios, una radio, el extintor de incendios y un mapa de la costa este de Norteamérica.

Tras la peripecia que le trajo a Asturias, la embarcación inició una nueva odisea, esta vez entre diferentes niveles de la Administración pública, armada incluida. Este viaje también llegó a buen destino y más de cuatro meses después del hallazgo la oficina española de la compañía de transportes «Peters & May» recogió la lancha en el almacén que Puertos del Principado tiene en San Esteban de Pravia. De allí lo trasladó por carretera hasta Santander, desde donde partió el 18 de junio hacia Baltimore. Finalmente, el pasado día 11 de julio, el «Queen Bee» pudo completar el trayecto de vuelta a casa.

La aparición del barco es un milagro de la técnica que Scott Douglas, uno de los dos náufragos que en agosto de 2008 sobrevivió al accidente, tampoco creía cuando la Guardia Costera estadounidense se lo contó. Él y su cuñado pescaban en la isla de Nantucket, en Massachusetts, cuando un golpe de mar los arrojó al agua y, felices de haber sobrevivido, dieron la lancha por perdida. Douglas acabó conociendo Llanes a través de los medios de comunicación y le pareció «un sitio muy bonito». El propietario no está interesado en recuperar a su «Abeja Reina», pero recordó que era «un barco genial».

Un responsable de la compañía «Regulator Marine», Lee Norfleet, describió cómo el personal de ingeniería está deseando tener la embarcación en sus instalaciones «para inspeccionar minuciosamente el barco y su desarrollo. Nos damos cuenta de que es basura y nunca será funcional, pero creemos que podemos aprender mucho de él y encontrar maneras de construir nuestros barcos aún mejores», manifestó.

Los constructores podrán volcarse en la investigación de qué fue lo que ayudó a la nave a mantenerse a flote durante tanto tiempo. Podrán sentarse a escuchar los avatares del «Abeja Reina». Una peripecia que enriquecerá, además de los conocimientos de ingeniería de la marca, su imagen pública. 

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